Los partidos catalanes se pelean por adjudicarse la abstención, mientras Maragall queda “tocado”

Si los resultados de las votaciones políticas tienen algo que ver con el fútbol -y máxime cuando en estos días se está jugando el Mundial en Alemania- es algo que tendrán que dilucidar los politólogos futuros, ya que sea cual sea el resultado todos, al final, han ganado, sea en goles, en técnica o en ambiente. Porque eso es lo que ha pasado con el referéndum del nuevo Estatut de Cataluña: el sí ha ganado por goleada... pero siempre hay quien lo interpreta como mejor le conviene.

Los fríos números arrojan un resultado de más de un 70% de ‘síes’ frente a poco más de un 20% de ‘noes’, unas cifras que aumentan el porcentaje de apoyo y rebajan sustancialmente el de rechazo al texto en todas las encuestas que se habían realizado durante los pasados meses (el porcentaje previsto era de un 70% frente a un 30% de rechazo).

“La participación es mejorable, pero si no hubiésemos pedido nosotros el sí, hubiese sido un fracaso monumental”, señala una fuente de Convergència i Unió (CiU). Este análisis es similar al que se realiza desde las filas del Partit dels Socialistes de Cataluya (PSC), para quien "el ‘no’ se ha llevado un batacazo, y eso siendo la opción del voto más militante. Lo que nadie puede hacer ahora es sumar los votos del ‘no’ y de la abstención, porque ésa es una visión perversa: si alguien se hubiera decidido a rechazarlo, lo hubiera hecho, pero no se hubiera abstenido".

En este sentido, uno de los dirigentes que más ponderado estuvo en sus apreciaciones fue el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Josep Lluís Carod-Rovira, que fue el primero en reconocer abiertamente que “el no que defendíamos no ha ganado, pero nadie deberíamos sentirnos satisfechos por el bajo nivel de participación". En sus declaraciones públicas, el presidente republicano llegó a decir que "no me puedo creer que la mitad de los ciudadanos de Cataluña 'pase' del Estatut y eso quiere decir que todos los partidos hemos fallado en algo". Para Carod-Rovira, la campaña de los socialistas es lo que perjudicó a su postura, ya que significó poner a los ciudadanos en la dicotomía de “Cataluña contra Rajoy”.

Otras fuentes de ERC, sin embargo, tiran pelotas fuera y subrayan que ”siete de cada diez ciudadanos han rechazado el Estatut”, mientras que desde las filas de CiU y de PSC se insiste en que han sido “casi cuatro de cada cinco ciudadanos los que han dado su apoyo al Estatut. Que no intenten apropiarse de la abstención, porque si la hemos de tener en cuenta, deberíamos recordar, por ejemplo, que el Estatuto gallego sólo tuvo un 25% de participación”.

Desde el PP, la situación se ve ligeramente diferente: “El referéndum ha sido un estruendoso fracaso de Maragall y de Zapatero, ya que se ha demostrado que la gente no estaba motivada, tal y como dijo el propio Josep Piqué. A nadie le interesaba el Estatut porque la gente tiene otras preocupaciones y, encima, Maragall y el Tripartito hicieron del texto su principal baza electoral en dos años y medio de Gobierno, dejando aparcadas las demás labores del Gobierno. Ahí está la clave de este voto de castigo", señala un dirigente popular. Para el PP, tanto el Tripartito, donde hay que incluir a ERC, como CiU, “han hecho el ridículo”. Pero, sobre todo, los republicanos, "que fueron uno de sus principales impulsores y luego se descolgaron y acabaron pidiendo primero el voto en blanco o nulo y luego el no. Los ciudadanos no pueden comprender esta actitud errática".

El "gran fracaso" de Maragall