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Los socialistas vascos intentan tranquilizar a Otegi para
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Los socialistas vascos intentan tranquilizar a Otegi para

“Ha sido un verdadero torpedo contra el proceso de paz”. Así calificaba a El Confidencial la redada del juez Fernando Grande-Marlaska contra ETA uno de los

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Los socialistas vascos intentan tranquilizar a Otegi para

“Ha sido un verdadero torpedo contra el proceso de paz”. Así calificaba a El Confidencial la redada del juez Fernando Grande-Marlaska contra ETA uno de los integrantes del reducido sanedrín del socialismo vasco que está al tanto del estado actual de las conversaciones con la izquierda abertzale. Un torpedo que, como esta misma fuente reconocía, ya había tenido sus primeras consecuencias en las relaciones entre el PSE y Batasuna: la ilegalizada formación les hizo llegar ayer mensajes muy duros en los que les acusaban de no querer frenar lo que califican de “acoso judicial”, en la línea de lo declarado por Arnaldo Otegi, quien aseguró que la actuación policial era “un ataque nítido y frontal a las esperanzas de paz”.

De hecho, fuentes socialistas vascas han reconocido a este diario que durante el día de ayer mantuvieron intensos contactos con sus interlocutores en la izquierda abertzale para intentar calmar los ánimos y evitar, no tanto una ruptura, como un frenazo a unas conversaciones que hasta la redada del juez Marlaska habían tomado “velocidad de crucero”, según sus propias palabras. Estas fuentes se mostraban confiadas en que ni la próxima comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso para comunicar el inicio de contactos directos con ETA ni la entrevista entre Patxi López y Otegi “se van a retrasar”.

Siempre según estas fuentes, los dirigentes socialistas no tuvieron conocimiento de que la operación contra la red encargada del cobro del impuesto revolucionario estaba en marcha hasta que comenzaron a hacerse públicos los primeros datos en la mañana de ayer. Uno de ellos incluso aseguraba a El Confidencial que “de reproducirse este tipo de operaciones policiales, el proceso de paz puede quedar en una situación muy delicada”, a pesar de las prisas de algunos miembros del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de desligar en sus declaraciones públicas las detenciones del futuro de los contactos, la acción de la Justicia de las negociaciones.

Incredulidad en Vitoria

Mientras tanto, en Vitoria, fuentes del Ejecutivo de Juan José Ibarretxe mostraban a este diario su “incredulidad” por la operación policial y la calificaban como un nuevo ejemplo del “afán de protagonismo” del juez Grande-Marlaska. “No se entienden las detenciones de Julen Madariaga ni la de Ángel Iturbe. Ambos llevan años alejados de la organización. Sólo se explica si alguno de los empresarios que recibió las cartas recurrió a ellos para hacer los pagos, y éstos le ayudaron a contactar”, apuntan. El Ministerio del Interior, sin embargo, adjudicaba al segundo un papel dirigente en la supuesta trama de extorsión etarra.

No obstante, los políticos del tripartito vasco consultados por El Confidencial se mostraban ayer esperanzados sobre el futuro del proceso de paz. “A estas alturas, las negociaciones están blindadas ante este tipo de actuaciones judiciales, así como lo están a los desplantes del etarra (Francisco Javier García Gaztelu) Txapote durante el juicio por el asesinato de Miguel Ángel Blanco”, aseguran. No obstante, reconocían que tanto un episodio como otra han sido “jarros de agua fría”.

Uno de estos políticos, que mantiene regulares contactos con miembros de Batasuna en nombre de su partido, aseguraba además que “las declaraciones altisonantes” de Otegi y otros dirigentes de la izquierda abertzale “entran dentro del guión. Tienen que dar respuesta al malestar que estas detenciones han causado en sus bases. No pueden hacer como si no hubiera pasado nada”.

“Ha sido un verdadero torpedo contra el proceso de paz”. Así calificaba a El Confidencial la redada del juez Fernando Grande-Marlaska contra ETA uno de los integrantes del reducido sanedrín del socialismo vasco que está al tanto del estado actual de las conversaciones con la izquierda abertzale. Un torpedo que, como esta misma fuente reconocía, ya había tenido sus primeras consecuencias en las relaciones entre el PSE y Batasuna: la ilegalizada formación les hizo llegar ayer mensajes muy duros en los que les acusaban de no querer frenar lo que califican de “acoso judicial”, en la línea de lo declarado por Arnaldo Otegi, quien aseguró que la actuación policial era “un ataque nítido y frontal a las esperanzas de paz”.