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La jefa de los presos de ETA alardea de que en cinco años todos los reclusos estarán en la calle
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La jefa de los presos de ETA alardea de que en cinco años todos los reclusos estarán en la calle

Ana Belén Egües, nombrada por ETA para compartir con el histórico Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, la interlocución de la banda armada en las cárceles españolas,

Ana Belén Egües, nombrada por ETA para compartir con el histórico Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, la interlocución de la banda armada en las cárceles españolas, ha alardeado en los últimos días antes los funcionarios de la prisión madrileña de Soto de Real, donde se encuentra recluida, de que “en cinco años” ella y todos los internos de la organización terrorista estarán en la calle.

Así lo han asegurado a El Confidencial fuentes de este centro penitenciario, que añaden que Egües incluso les ha anunciado un futuro plante de los cerca de 500 reclusos de la organización si el Gobierno sólo accede a acercar en los próximos meses a un número limitado de miembros de la banda a cárceles cercanas al País Vasco: “O subimos todos o no sube ninguno”.

Siempre según estas fuentes, la que es considerada, junto a Txikierdi, jefa de los presos de la organización terrorista, también ha manifestado recientemente su enfado por las últimas operaciones policiales contra la red de extorsión de ETA, ya que considera que son serios obstáculos al proceso de paz. La etarra, en un juicio celebrado poco después del anuncio de la tregua de la organización terrorista, ya invitó a los miembros del tribunal a que, “en este momento crucial del País Vasco, no se inmiscuyan”.

Los funcionarios de prisiones consultados por este diario destacan que el comportamiento de Ana Belén Egües ha sufrido un cambio muy significativo tras el anuncio del alto el fuego de la banda armada. Hasta entonces era considerada en medios antiterroristas como integrante del grupo de presos irreductibles de la organización contrario al abandono de las armas sin ninguna contrapartida previa del Gobierno.

Sus charlas con Otegi

“Desde la tregua habla con nosotros hasta de temas políticos, se muestra muy tranquila e, incluso, se interesa por nosotros, algo que no hace ningún otro preso etarra”. Un cambio positivo de actitud que, según estas mismas fuentes, se acrecentó después de que el pasado mes de abril coincidiera durante unos días en el módulo de aislamiento de la cárcel con el dirigente de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi. “Sus celdas estaban muy próximas y les fue muy sencillo hablar”, aseguran.

Ana Belén Egües, de 35 años de edad, fue concejal de Batasuna en el ayuntamiento guipuzcoano de su localidad natal, Elduaien, hasta que huyó a Francia en mayo de 1999 al descubrirse que realizaba labores de apoyo al comando Donosti. En septiembre de ese mismo año, cuando la tregua de ETA empezaba a languidecer, fue enviada por la dirección de la organización terrorista a organizar el comando Madrid, el último estable que tuvo la banda armada en la capital.

Detenida el 6 de noviembre de 2001 -gracias a la colaboración de un ciudadano anónimo que la vio escapar junto a su compañero, Aitor García Aliaga, después de que intentaran asesinar al subsecretario de Estado de Política Científica, Juan Junquera- cumple una condena de 1.042 años. El pasado mes de octubre, la Audiencia Nacional la consideró responsable de 97 tentativas de asesinatos, tantas como heridos hubo en aquel atentado.

Su actual peso dentro de la organización terrorista quedó ya reflejado en mayo de 2004, cuando fue nombrada por la banda armada para compartir con el veterano Txikierdi la interlocución etarra en las cárceles españolas. De hecho, los expertos de la lucha antiterrorista consideran que desde su celda en la prisión madrileña de Soto del Real ejerció el papel de portavoz de los presos de ETA en el debate interno que se produjo en la izquierda abertzale justo antes del anuncio del alto el fuego permanente.

Ana Belén Egües, nombrada por ETA para compartir con el histórico Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, la interlocución de la banda armada en las cárceles españolas, ha alardeado en los últimos días antes los funcionarios de la prisión madrileña de Soto de Real, donde se encuentra recluida, de que “en cinco años” ella y todos los internos de la organización terrorista estarán en la calle.