Cerca de veinte presos de ETA piden cada día por carta a Rubalcaba su acercamiento al País Vasco

Cada día, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, recibe entre diez y veinte cartas de presos de ETA exigiéndole su acercamiento a cárceles del País Vasco. Así lo han confirmado a El Confidencial fuentes del propio departamento, que añaden que el número de las misivas no se ha incrementado significativamente en los últimos meses a pesar de la tregua de la organización terrorista y de los persistentes rumores sobre una hipotética flexibilización del régimen penitenciario para los internos de la banda armada.

Aunque los portavoces del Ministerio del Interior no han querido detallar el contenido de dichas cartas, fuentes penitenciarias han asegurado a este diario que, en las mismas, los presos etarras -cerca de quinientos en la actualidad- incluyen otras reivindicaciones habituales, como la mejora de sus condiciones de reclusión o la exigencia de ser recluidos en celdas individuales. “Muchas de estas cartas son idénticas, copias de un modelo que ha circulado entre los reclusos de la organización terrorista”, añaden.

Fuentes sindicales aseguran que el intenso trasiego de misivas no tiene como único destinatario al ministro del Interior, y que los propios internos de ETA están utilizando intensamente en las últimas semanas este medio para intercambiar noticias y consignas sobre los pasos a dar en los próximos meses. De hecho, estas comunicaciones escritas -que están intervenidas legalmente por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias- permitieron a la máxima responsable de este organismo, Mercedes Gallizo, elaborar un informe en el que confirmaba el respaldo mayoritario de los presos de la banda armada al cese de la violencia y al proceso de paz en marcha.

Movimientos sospechosos

No obstante, las fuentes sindicales consultadas afirman que los reclusos etarras también aprovechan sus traslados de cárcel -sobre todo cuando son enviados provisionalmente a centros penitenciarios de Madrid por orden de la Audiencia Nacional para practicar diligencias judiciales o asistir a juicios- para transmitir discretamente mensajes y consignas, y que ello es consentido e, incluso, “incentivado” por el Ministerio del Interior.

En este sentido destacan que, por ejemplo, a finales del pasado mes de junio coincidieron durante unos días en la cárcel de Soto del Real dieciséis presas etarras -una quinta parte del total-, entre ellas Ana Belén Egües, nombrada por ETA para compartir con el histórico Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, la interlocución de la banda armada en las cárceles españolas. Con ella estuvieron otras destacadas reclusas como Irantzu Gallastegui -asesina de Miguel Ángel Blanco-, Belén González Peñalva –etarra que participó en las negociaciones de Argel y Zurich- e Inés del Río Prada.

Fuentes oficiales confirman la cifra, aunque lo desligan del proceso de paz e insisten que este reagrupamiento “circunstancial” ha sido motivado por “cuestiones estrictamente judiciales”. “De hecho, en estos momentos sólo quedan doce presas en esta cárcel y, en breve, serán sólo seis, además de que mientras permanecieron en este centro penitenciario estaban repartidas por diferentes módulos de la prisión”. No obstante, las fuentes sindicales consultadas insisten que “estamos seguros que estas etarras, cuando han vuelto a sus centros de cumplimiento, han trasladado a sus compañeras las directrices que durante esos días les ha transmitido Ana Belén Egües”.

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