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Zapatero veta como candidato al líder del partido en Navarra por ser crítico con el ‘proceso de paz’
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Zapatero veta como candidato al líder del partido en Navarra por ser crítico con el ‘proceso de paz’

Resignado a pilotar el llamado proceso de paz con la oposición del PP, José Luis Rodríguez Zapatero no está dispuesto a que las críticas surjan también

Foto: Zapatero veta como candidato al líder del partido en Navarra por ser crítico con el ‘proceso de paz’
Zapatero veta como candidato al líder del partido en Navarra por ser crítico con el ‘proceso de paz’

Resignado a pilotar el llamado proceso de paz con la oposición del PP, José Luis Rodríguez Zapatero no está dispuesto a que las críticas surjan también de entre las filas de su propio partido. Por ello, el presidente del Gobierno ha decidido vetar al actual secretario general del Partido Socialista de Navarra (PSN), Carlos Chivite, como candidato a la Presidencia de aquella comunidad autónoma, según ha sabido El Confidencial en diversas fuentes políticas. El motivo no es otro que las dudas manifestadas públicamente por Chivite sobre el diálogo con ETA, su negativa a sentarse hablar con Batasuna como han hecho sus hermanos del País Vasco y, sobre todo, su abierta oposición a que Navarra se ponga encima de la mesa de negociación con la izquierda abertzale.

Esta posición pública ha causado un profundo malestar tanto en Moncloa como en Ferraz, de ahí que Zapatero se haya expresado en privado en términos muy poco amables hacia su correligionario. Comentarios que no han caído en saco roto y que han hecho que, desde hace semanas, la dirección socialista en Madrid esté buscando un candidato de recambio para Chivite. A su favor juega que éste, cuando llegó a la secretaría general del PSN en una apretada votación hace dos años, consiguió el apoyo decisivo de un sector del partido con la condición de renunciar a encabezar las listas de su partido en las elecciones de 2007. En contra, que una parte del partido, sobre todo entre las bases, no ve con malos ojos al secretario general como cartel electoral.

De hecho, Samuel Caro, el secretario de Organización del PSN, ha seguido defendiendo ante los órganos de dirección de su partido la conveniencia de que Chivite fuera el candidato. “Es cierto que en las últimas semanas ha amagado con optar a ser el candidato, pero el propio partido, sin necesidad de que nos lo digan desde Madrid, ya le ha dado un toque para que respete la palabra dada”, apunta a este diario uno de los dirigentes navarros que en aquel congreso de julio de 2004 apoyó a Chivite con esta condición.

Sin primarias

Siempre según estas fuentes, el candidato que los socialistas presenten para intentar arrebatar a Miguel Sanz, líder de UPN, la Presidencia de Navarra será elegido por consenso entre Ferraz y la dirección de partido en Navarra. “No va a haber primarias”, asegura tajante a este diario dicho político, que apunta a septiembre u octubre como los meses en los que se conocerá muy posiblemente a la persona que finalmente encabezará las listas del PSN en las elecciones forales.

Las quinielas manejan numerosos nombres. Desde Carlos Artuondo -ex consejero de salud del Ejecutivo regional al que supuestamente apoya el todopoderoso secretario de organización del PSOE, José Blanco-, al actual delegado del Gobierno en esta comunidad, Vicente Ripa, sin olvidar al portavoz en el parlamento de Pamplona, Fernando Puras, al diputado en Madrid Juan Moscoso, y a la defensora del Pueblo en esta comunidad, Maria Jesús Aranda.

Resignado a pilotar el llamado proceso de paz con la oposición del PP, José Luis Rodríguez Zapatero no está dispuesto a que las críticas surjan también de entre las filas de su propio partido. Por ello, el presidente del Gobierno ha decidido vetar al actual secretario general del Partido Socialista de Navarra (PSN), Carlos Chivite, como candidato a la Presidencia de aquella comunidad autónoma, según ha sabido El Confidencial en diversas fuentes políticas. El motivo no es otro que las dudas manifestadas públicamente por Chivite sobre el diálogo con ETA, su negativa a sentarse hablar con Batasuna como han hecho sus hermanos del País Vasco y, sobre todo, su abierta oposición a que Navarra se ponga encima de la mesa de negociación con la izquierda abertzale.