Es noticia
El Gobierno reconoce en privado que la actitud de ‘Txapote’ en los juicios le impide, por el momento, acercar los presos
  1. España

El Gobierno reconoce en privado que la actitud de ‘Txapote’ en los juicios le impide, por el momento, acercar los presos

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aún no ha decidido si va a aplicar el próximo mes de agosto el plan elaborado hace semanas por

Foto: El Gobierno reconoce en privado que la actitud de ‘Txapote’ en los juicios le impide, por el momento, acercar los presos
El Gobierno reconoce en privado que la actitud de ‘Txapote’ en los juicios le impide, por el momento, acercar los presos

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aún no ha decidido si va a aplicar el próximo mes de agosto el plan elaborado hace semanas por la directora general de Instituciones Penitencias, Mercedes Gallizo, para acercar paulatinamente a los cerca de 500 presos de ETA al País Vasco. El motivo, según reconocen en privado fuentes del reducido sanedrín que está al tanto de los detalles del proceso de paz, es el miedo al impacto negativo que dicha flexibilización de la política penitenciaria tendría en una opinión pública que, como reconocen las encuestas que maneja el Ejecutivo socialista, sí apoya mayoritariamente el diálogo con la banda armada, pero se opone a la aplicación de beneficios que permitan la excarcelación anticipada de miembros de la organización terrorista.

En este temor está teniendo un papel fundamental, según reconocen las fuentes políticas consultadas, el espectáculo que el que fuera jefe del aparato militar de ETA Javier García Gaztelu, Txapote, ha dado las últimas semanas en la Audiencia Nacional durante los juicios por los asesinatos de Miguel Ángel Blanco y Fernando Múgica. Una situación que, temen en Moncloa, se puede reproducir hoy mismo, cuando Txapote vuelva a ser juzgado por ordenar en el año 2000 la colocación de varios artefactos en la discoteca Txitxarro de la localidad guipuzcoana de Deva.

De hecho, la situación que se vivió durante la vista por la muerte del concejal popular de Ermua obligó al PSE a advertir a sus interlocutores de Batasuna que o el preso etarra cambiaba de actitud en el futuro o el Gobierno de Zapatero tendría problemas para dar este verano, como se les había anunciado, los primeros pasos de dicho acercamiento. Los dirigentes de la izquierda abertzale reconocieron el problema y se comprometieron a hacer llegar a la cúpula de ETA el mensaje para que ésta ordenara a García Gaztelu suavizar su actitud durante las vistas, como ya adelantó este diario el pasado viernes.

Efectivamente, el pasado jueves, primer día de la vista por el asesinato del abogado socialista, Txapote comenzó la sesión en una actitud desafiante, pero no llegó a adoptar la postura chulesca que tanto él como su compañera, Irantzu Gallastegi, Amaia, habían mantenido durante la vista por el asesinato del concejal de Ermua. Sin embargo, al día siguiente, el etarra hizo oídos sordos a las órdenes de los dirigentes de ETA y volvió a organizar un escándalo en la Audiencia Nacional, llamando “monigote de circo” al presidente del tribunal y dando patadas al cristal de la pecera desde donde los acusados asisten a los juicios.

Acercamientos y progresiones de grado

Hasta estos sucesos, los planes del Gobierno sobre el futuro de los reclusos de la banda armada incluían como primera medida el acercamiento de un importante número de presos a cárceles del País Vasco o provincias próximas durante el mes de agosto, aprovechando la situación de impasse en el que se sume España durante el verano. Dicha medida, que supondría el definitivo punto final a la política de dispersión, podría ser complementada con progresiones de grado, excarcelaciones de una media docena de presos que sufren enfermedades incurables y la concesión, más adelante, de algunas libertades condicionales. Ahora, sin embargo, se plantea variar el calendario mientras estudia cómo contrarrestar ante la opinión pública estos incidentes para dar dicho paso.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aún no ha decidido si va a aplicar el próximo mes de agosto el plan elaborado hace semanas por la directora general de Instituciones Penitencias, Mercedes Gallizo, para acercar paulatinamente a los cerca de 500 presos de ETA al País Vasco. El motivo, según reconocen en privado fuentes del reducido sanedrín que está al tanto de los detalles del proceso de paz, es el miedo al impacto negativo que dicha flexibilización de la política penitenciaria tendría en una opinión pública que, como reconocen las encuestas que maneja el Ejecutivo socialista, sí apoya mayoritariamente el diálogo con la banda armada, pero se opone a la aplicación de beneficios que permitan la excarcelación anticipada de miembros de la organización terrorista.