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Dirigentes de ERC abroncan a Carod por ligar su futuro al de Puigcercós si el partido fracasa en las elecciones
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Dirigentes de ERC abroncan a Carod por ligar su futuro al de Puigcercós si el partido fracasa en las elecciones

La paz interna en ERC ha durado, literalmente, cuatro días. El pasado sábado, Josep Lluis Carod-Rovira era elegido candidato de Esquerra a la Generalitat con el

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Dirigentes de ERC abroncan a Carod por ligar su futuro al de Puigcercós si el partido fracasa en las elecciones

La paz interna en ERC ha durado, literalmente, cuatro días. El pasado sábado, Josep Lluis Carod-Rovira era elegido candidato de Esquerra a la Generalitat con el 84% de los votos del Consejo Nacional de su partido gracias al respaldo del otro sector de la formación, el que encabeza el número dos, Joan Puigcercós. El martes, escasas noventa y seis horas después de su proclamación, el líder republicano se descolgaba con unas declaraciones a una emisora de radio en las que aseguraba que hay personas dentro de su partido que “querrían que abandonase la actividad política”, para dejar luego claro que no piensa ser el único chivo expiatorio de un hipotético descalabro electoral y que si éste se produce, con él deben caer, entre otros, el que hasta ahora es el principal candidato a sucederle, el propio Puigcercós.

La reacción dentro del partido no se ha hecho esperar y, como ha podido confirmar El Confidencial en fuentes republicanas, destacados dirigentes de ERC ya se han dirigido en persona a Carod-Rovira para abroncarle por sus palabras y recordarle que “este tipo de declaraciones no viene a cuento cuando todos hemos concluido hace tiempo que debemos unir esfuerzos y no desgastarnos en guerras internas”. Entre los miembros del Consejo Nacional del partido que se han enfrentado en las últimas horas a su líder se encuentra, según las fuentes consultadas, un destacado ex conseller y una diputada.

Las declaraciones de Carod cogieron el martes totalmente desprevenidos a sus correligionarios, sobre todo porque horas antes había acudido a un acto de precampaña con la patronal de la pequeña y mediana empresa catalana, PIMEC, junto al ex conseller de Comercio Josep Huguet y el propio Puigcercós, y de sus palabras posteriores en rueda de prensa no parecía desprenderse ningún malestar con el otro sector del partido. No obstante, fuentes de ERC reconocen que ésta no es la primera salida de tono del líder republicano desde que Cataluña ha entrado en la carrera electoral: “Ya la montó hace unas semanas, cuando sin venir a cuento se adjudicó el puesto de conseller en cap si el partido se integraba en un futuro gobierno de coalición en la Generalitat”.

Un acuerdo en entredicho

Las declaraciones del líder republicano han puesto en peligro la paz firmada por los dos grandes sectores de la formación en la reunión que su Ejecutiva celebró a finales de junio. Entonces, el encuentro sirvió para oficializar la formación del tándem Carod-Puigcercós para encabezar las listas de ERC en las elecciones autonómicas del 1-N, pero también para que ambos líderes pactaran en secreto el relevo del primero por el segundo en una sucesión tranquila que se prolongaría durante gran parte de la próxima legislatura catalana, como adelantó en exclusiva El Confidencial el pasado 2 de julio.

La paz interna en ERC ha durado, literalmente, cuatro días. El pasado sábado, Josep Lluis Carod-Rovira era elegido candidato de Esquerra a la Generalitat con el 84% de los votos del Consejo Nacional de su partido gracias al respaldo del otro sector de la formación, el que encabeza el número dos, Joan Puigcercós. El martes, escasas noventa y seis horas después de su proclamación, el líder republicano se descolgaba con unas declaraciones a una emisora de radio en las que aseguraba que hay personas dentro de su partido que “querrían que abandonase la actividad política”, para dejar luego claro que no piensa ser el único chivo expiatorio de un hipotético descalabro electoral y que si éste se produce, con él deben caer, entre otros, el que hasta ahora es el principal candidato a sucederle, el propio Puigcercós.