Los extraños negocios del diputado 'convergente' Fernández Teixidó: desde Cuba a Barcelona pasando por ¿Rusia?

Convergència i Unió (CiU) ha recibido un duro golpe mediático cuando hace unos días se conoció la relación del diputado Antoni Fernández Teixidó (que ocupa el noveno lugar en la lista electoral de Artur Mas, además de ser vicesecretario de Economía e Innovación en Convergència) con el capo ruso Malchas Tetruashvili, quien fue detenido en junio del pasado año en el marco de la Operación Avispa, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. Un empresario que conoce a Teixidó desde hace un par de décadas se muestra contundente: “Mezcla demasiado la política con los negocios privados”. Tres documentos vinculan a Fernández Teixidó con Malchas Tetruashvili: un contrato entre las empresas de ambos para asesoramiento; el nombre del político dentro del organigrama del pequeño imperio empresarial de Malchas; y una carta en la que el parlamentario agradecía al ruso las atenciones durante una cena.

Hace treinta años, el político utilizaba el nombre de Demien, extraído de la obra homónima de Hermann Hesse. Era entonces uno de los dirigentes de la Liga Comunista Revolucionaria, un trostkista que se encargaba de examinar a los aspirantes a entrar en la organización y que consiguió llegar a ser el enlace entre la dirección de la LCR en España y las células asentadas en París. Los viejos dirigentes no se acababan de fiar de él: “No me inspira confianza un hombre que siempre lleva corbata”, solía decir uno de los máximos dirigentes trostkistas.

Obviamente, su veterano camarada tenía razón. Unos años después, Fernández Teixidó reaparecía en la escena política catalana como el hombre de Adolfo Suárez en Cataluña y tomaba el timón del Centro Democrático y Social (CDS), barco que abandonó dos legislaturas después. Su “pasión” por los negocios le llevó a relacionarse con un estrecho círculo de convergentes de pro que al final terminaron aupándolo en el partido de Jordi Pujol. En realidad, llegó a Convergència en 1993 de la mano del hijo mayor del presidente de la Generalitat y pronto se ganó la confianza de éste hasta que en el 2002 fue nombrado una especie de “superconsejero” con las áreas de trabajo, industria, comercio, consumo y turismo bajo su responsabilidad.

Negocios entre manteles

Durante la pasada década, Teixidó fue penetrando en instituciones y en círculos financieros de peso. Muchos de sus negocios encontraron una perfecta plataforma de despegue entre los manteles del selecto restaurante Botafumeiro y los demás locales del grupo Moncho’s, propiedad también del restaurador Moncho Neira. En realidad, Teixidó fue el principal asesor de Neira cuando decidió dar un salto adelante y crear la cadena Moncho’s. El político realizaba su trabajo como asesor fiscal del restaurador. En los reservados de estos restaurantes, Teixidó celebraba importantes reuniones con la gente más diversa. Ahí fue donde profundizó su relación, desde principios de la década, con el inspector de Hacienda Alvaro Pernas, posteriormente detenido y encarcelado por el escándalo que afectó a la inspección de Hacienda de Barcelona. Ambos sentían una gran debilidad por Cuba, escenario que se les antojaba ideal para la promoción de negocios y del que se esperaba la liberalización económica en breve, dada la avanzada edad de Fidel Castro.