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Rubalcaba se desentiende de Zapatero al aplazar los encuentros para informar sobre los contactos con ETA
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Rubalcaba se desentiende de Zapatero al aplazar los encuentros para informar sobre los contactos con ETA

La coordinación entre el Palacio de La Moncloa y el número 5 del Paseo de la Castellana, sede del Ministerio del Interior, no atraviesa estos días

Foto: Rubalcaba se desentiende de Zapatero al aplazar los encuentros para informar sobre los contactos con ETA
Rubalcaba se desentiende de Zapatero al aplazar los encuentros para informar sobre los contactos con ETA

La coordinación entre el Palacio de La Moncloa y el número 5 del Paseo de la Castellana, sede del Ministerio del Interior, no atraviesa estos días sus mejores momentos. Ayer por la tarde, Alfredo Pérez Rubalcaba iniciaba una ronda de contactos telefónicos con los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios para comunicarles que los encuentros a los que el 29 de junio se había comprometido en el Congreso el propio José Luis Rodríguez Zapatero para informar sobre la marcha del diálogo con ETA, finalmente no iban a tener lugar en el plazo previsto por el propio presidente del Gobierno, finales de septiembre, y se aplazaban sine die.

Un cambio de planes del que, según ha podido saber El Confidencial en fuentes políticas, no estaba informado Moncloa, donde ayer mismo por la mañana insistían que las reuniones se iban a producir y que con ellas el jefe del Ejecutivo socialista pretendía informar con detalle sobre en qué momento se encuentra el diálogo con la banda armada. Estas fuentes de Moncloa incluso detallaban que en ningún momento darían datos sobre cuándo y dónde iban a ser los contactos con ETA ni quiénes van a ser los protagonistas de los mismos.

Sin embargo, ya para entonces el ministro del Interior había tomado la decisión de no celebrar las reuniones. De hecho, según han confirmado a este diario fuentes parlamentarias, Rubalcaba ya se puso en contacto el domingo con algunos de sus interlocutores en el resto de las fuerzas políticas para adelantarles la decisión. El político cántabro aprovechó que les llamaba para informarles sobre la interpretación que el Gobierno hacía del comunicado de ETA leído por tres encapuchados armados en un monte de Guipúzcoa para adelantarles que el encuentro informativo previsto desde junio no tenía ningún sentido “porque no hay nada nuevo que contar”.

‘Bravata’ de ETA

Además de para poner de manifiesto la falta de coordinación entre Moncloa e Interior, las llamadas de Rubalcaba han servido, al menos, para hacer llegar al resto de los partidos políticos una mensaje tranquilizador sobre que el verdadero significado del comunicado de ETA y su inédita puesta en escena. Según el ministro -en una interpretación que coincide con la que defienden los colaboradores más estrechos de Zapatero-, el considerado por muchos como el mensaje más inquietante de la banda armada desde que anunciase hace seis meses el alto el fuego es, simplemente, una “bravata” que imita la escenografía copiada del IRA y que “no afecta al proceso de paz”.

El principal dato en el que Interior y Moncloa apoyan esta afirmación es el análisis que los expertos de la lucha antiterrorista han hecho del escaso relieve informativo que el diario Gara hizo del documento etarra, del que ni siquiera hacia mención en su portada, en contraste con otros pronunciamientos de la banda armada, que han copado siempre las portadas del periódico abertzale.

La coordinación entre el Palacio de La Moncloa y el número 5 del Paseo de la Castellana, sede del Ministerio del Interior, no atraviesa estos días sus mejores momentos. Ayer por la tarde, Alfredo Pérez Rubalcaba iniciaba una ronda de contactos telefónicos con los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios para comunicarles que los encuentros a los que el 29 de junio se había comprometido en el Congreso el propio José Luis Rodríguez Zapatero para informar sobre la marcha del diálogo con ETA, finalmente no iban a tener lugar en el plazo previsto por el propio presidente del Gobierno, finales de septiembre, y se aplazaban sine die.