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Interior forzó la salida del director de la Policía para frenar el escándalo por el ‘chivatazo’ a ETA
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Interior forzó la salida del director de la Policía para frenar el escándalo por el ‘chivatazo’ a ETA

La salida de Víctor García Hidalgo de la dirección general de la Policía el pasado 8 de septiembre no fue fruto de una petición del político

La salida de Víctor García Hidalgo de la dirección general de la Policía el pasado 8 de septiembre no fue fruto de una petición del político vasco -como entonces se encargó de recalcar Moncloa- sino una decisión de Alfredo Pérez Rubalcaba, quien con su cese intentaba poner fin al creciente malestar que el escándalo por el chivatazo a ETA había provocado en el seno de las Fuerzas de Seguridad del Estado y en la opinión pública. Así lo han asegurado en las últimas semanas a El Confidencial diversas fuentes policiales y políticas consultadas, que coinciden en señalar que la remodelación que preparaba el ministro del Interior era mucho menor en principio, pero que la reacción de uno de los principales afectados por la misma, el entonces comisario general de Información, Telesforo Rubio, llevó al político cántabro a ampliarla.

Siempre según estas fuentes, la primera idea de Interior era mover sólo algunas piezas del organigrama policial, entre ellas al cuestionado máximo responsable de la lucha antiterrorista, con la excusa de una promoción interna de los afectados. Sin embargo, el motivo que llevaba a Alfredo Pérez Rubalcaba a dar ese golpe de timón era poner fin al mal ambiente que dentro del Cuerpo había causado el escándalo del chivatazo a ETA que obligó al juez Fernando Grande-Marlaska a retrasar en mayo una operación contra la red de extorsión de la banda armada. La investigación que la Audiencia Nacional lleva a cabo ya apuntaba entonces precisamente hacia agentes de la Comisaría General de Información como los presuntos autores de la llamada a uno de los integrantes de la trama etarra para alertarle de las pesquisas.

Telesforo Rubio se negó entonces a que su cese pudiera ser interpretado como fruto de su supuesta implicación en aquel oscuro suceso -algo que él siempre ha negado recordando que él quedó al margen de la investigación precisamente por orden del juez-, y por ello se puso en contacto con el propio ministro y con el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, a los que conminó a buscar otros chivos expiatorios para el escándalo. Sorprendentemente, Interior decidió entonces incluir en la remodelación a Víctor García Hidalgo en su condición de primer responsable político de la Policía. La excusa buscada para justificar su inesperada salida fue una supuesta petición de abandonar el cargo que el propio afectado habría hecho a Alfredo Pérez Rubalcaba cuando éste había sucedido a José Antonio Alonso al frente del departamento.

Fuentes policiales aseguran a El Confidencial que el ministro intentó disimular aún más los verdaderos motivos del cambio con una importante remodelación del departamento que le llevó a unificar las direcciones generales de la Policía y de la Guardia Civil en una sola, al frente de la cual mantuvo al máximo responsable de la Benemérita, Joan Mesquida. Un inesperado movimiento que rescataba del cajón del olvido una de las propuestas electorales del PSOE en las que se hablaba de una unificación en el mando de los dos Cuerpos de Seguridad del Estado.

Malestar en el PSE

La salida de Víctor García Hidalgo de la dirección general de la Policía el pasado 8 de septiembre no fue fruto de una petición del político vasco -como entonces se encargó de recalcar Moncloa- sino una decisión de Alfredo Pérez Rubalcaba, quien con su cese intentaba poner fin al creciente malestar que el escándalo por el chivatazo a ETA había provocado en el seno de las Fuerzas de Seguridad del Estado y en la opinión pública. Así lo han asegurado en las últimas semanas a El Confidencial diversas fuentes policiales y políticas consultadas, que coinciden en señalar que la remodelación que preparaba el ministro del Interior era mucho menor en principio, pero que la reacción de uno de los principales afectados por la misma, el entonces comisario general de Información, Telesforo Rubio, llevó al político cántabro a ampliarla.