Zapatero, ante la elección de candidato para la alcaldía madrileña: “El Gobierno no se toca”

Hace tan sólo quince días el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo una conversación privada en La Moncloa en la que negó que María Teresa Fernández de la Vega, su vicepresidenta primera, fuera a ser candidata socialista a la alcaldía de Madrid. La conversación se mantuvo en estos términos, según ha podido saber este diario:

- ¿Tiene un candidato?

- Por supuesto.

- ¿Es militante?

- Sí.

- ¿Es María Teresa Fernández de la Vega?

- El Gobierno no se toca.

- ¿Es un diputado del Parlamento?

- Eso no es asunto del Gobierno. En cualquier caso compete al PSOE.

Las especulaciones sobre una hipotética candidatura de Fernández de la Vega a la alcaldía de Madrid se desataron desde el reciente fiasco de la negativa del ex ministro José Bono a asumir el puesto. Pero la incógnita no la despejará Zapatero hasta dentro de catorce días: ha prohibido a su partido, al Gobierno y a sus asesores que hablen sobre este asunto hasta que no se celebren las elecciones catalanas, convocadas para el próximo 1 de noviembre.

De la Vega tendrá que aguantar catorce días de comentarios hasta que se despeje la incógnita, ya que es Zapatero, secretario general del PSOE, quien administra los tiempos. De ahí que los portavoces de Moncloa se limiten a dar la callada por respuesta ante las preguntas que realizan los periodistas sobre el futuro político de la vicepresidenta.

En realidad, el PSM sí que invitó a De la Vega a que encabezara su lista a la alcaldía de Madrid a finales de julio, noticia que pasó casi desapercibida y que fue publicada en la sección de local de El Mundo. La vicepresidenta declinó esta oferta.

En fuentes gubernamentales descartan que tales especulaciones vayan a desgastar la imagen de De la Vega –cuya popularidad es superior a la de Zapatero- y tampoco consideran que el partido se verá afectado por ello. En este tiempo de espera, el PSM tendrá una candidata bajo el potente foco de la opinión pública, aunque luego acabe no siéndolo.

Fuentes próximas al Gobierno atribuyen al entorno del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, el lanzamiento del nombre de De la Vega a la arena mediática. Desde esta visión, se trataría de devaluar al que luego resulte candidato, porque siempre estará por debajo de ella en tirón popular.

También sitúan en este entorno el origen de noticias sobre presuntas maniobras de Alfredo Pérez Rubalcaba o José Antonio Alonso para desplazar a la vicepresidenta, y que tendrían como fin sembrar la división en el seno del Ejecutivo. Añaden que el siguiente paso ha sido difundir que De la Vega iría como cabeza de lista a la Comunidad de Madrid, noticia que buscaría la discordia en el seno del PSM y en el círculo del actual candidato in péctore, Rafael Simancas.

Difícil de sustituir

En todo caso, si al final Zapatero optara por De la Vega se produciría una remodelación en profundidad en el seno del Gobierno. No en vano, se trata de una figura clave en la coordinación de las decisiones del Ejecutivo y fuentes cercanas al presidente aseguran que es una figura “difícil de sustituir porque es una política que, cuando llama a un ministro, éste sabe que lo que pide lo hace porque considera que es lo correcto, no por intereses personales”.

Pero también es una política que pisa callos, como cuando recientemente cerró el acuerdo de la financiación de la Iglesia católica sin consultarlo con el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, o al responsable del PSOE de esta área, Álvaro Cuesta. Y aunque se argumente que había premura de tiempo para culminar el pacto, su decisión causó un profundo malestar entre ambos y en los sectores laicos socialistas.