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Los partidos estarán pendientes del tiempo, mientras ensayan ‘sudokus’ postelectorales
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Los partidos estarán pendientes del tiempo, mientras ensayan ‘sudokus’ postelectorales

El Barça se ha convertido en el símbolo identitario de Cataluña. De ahí que los cinco candidatos a presidir la Generalitat culminaran el día de reflexión

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Los partidos estarán pendientes del tiempo, mientras ensayan ‘sudokus’ postelectorales

El Barça se ha convertido en el símbolo identitario de Cataluña. De ahí que los cinco candidatos a presidir la Generalitat culminaran el día de reflexión viendo anoche el partido de este equipo con el Chelsea, ya sea en el campo o en casa, y de ahí también que su presidente, Joan Laporta, acabara casi con un atracón de zumo de naranja y café de tanto desayunar con los cabezas de lista, primero con Artur Mas y luego con José Montilla.

El futuro de Cataluña está en manos de sus ciudadanos, a los que les influirá el clima. Porque eso de votar entre semana es algo extraordinario, de tal forma que si hace buen tiempo, al ser festivo, los politólogos auguran que bajará la participación. Y señalan a un pagano para esta fiesta: el PSC, ya que este partido tiene algunos electores aficionados a acudir a las urnas en las generales y eludirlas en las autonómicas. La decisión de que los catalanes votaran el Día de Todos los Santos y conocieran las alianzas el Día de Difuntos es obra de Pasqual Maragall, su última voluntad política antes de retirarse de la cosa pública.

Unos comicios con un resultado digno requieren que al menos más de la mitad del censo electoral participe en la votación, que ascendió al 62,5% en las últimas elecciones de 2003. Los partidos calculan que, al mediodía, podrán valorar la asistencia y extrapolarla. Ese será el primer dato político de relieve de la jornada.

La previsión meteorológica augura precipitaciones débiles en el noroeste de Cataluña y brumas matinales. Pero, para bruma, la que había anoche respecto a las alternativas de gobierno, que en realidad es respecto a los resultados del PSC y de CiU por muchos tracks demoscópicos que éstos manejen. La respuesta de las urnas puede implicar un Gobierno en solitario de CiU con apoyos puntuales, una reedición del tripartito (PSC, ICV y ERC) o un Ejecutivo en minoría entre PSC e ICV.

La campaña se ha caracterizado en buena parte por un debate sobre los distintos sudokus (juego japonés de moda) postelectorales, de todas estas variables de alianzas que manejan los candidatos y sus asesores. Hoy también darán vueltas a la misma cuestión, factor obsesivo que forma parte de ese fenómeno político ya conocido popularmente como Pasión de Catalanes.

Otros elementos de ese puré pasional son la defensa de la identidad y las competencias (el Estatut), las presiones de sus poderes económicos, los celos entre sus líderes políticos, y esa extraña afición que éstos tienen a reunirse en secreto con su oponente para, poco después, filtrar el encuentro con el subsiguiente enfado de su segundo de a bordo, entre otras cosas porque no sabía nada de la reunión.

Variables de alianzas

Los sondeos no auguran una mayoría absoluta, aunque sí la victoria del candidato de CiU, Artur Mas. Se considera que si éste logra una diferencia superior a los diez diputados respecto al PSC podrá conformar un gobierno en minoría, bien con una Esquerra que se abstiene en su elección -a cambio de la presidencia del Parlament, por ejemplo-, o con el PP absteniéndose también. En este último caso Mas tendría que hacer alguna petición pública de disculpa hacia Josep Piqué por certificar ante notario que no pactaría con ellos.

El Barça se ha convertido en el símbolo identitario de Cataluña. De ahí que los cinco candidatos a presidir la Generalitat culminaran el día de reflexión viendo anoche el partido de este equipo con el Chelsea, ya sea en el campo o en casa, y de ahí también que su presidente, Joan Laporta, acabara casi con un atracón de zumo de naranja y café de tanto desayunar con los cabezas de lista, primero con Artur Mas y luego con José Montilla.