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Esquerra tiene la llave de la Generalitat y surge la esperanza ciudadana
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Esquerra tiene la llave de la Generalitat y surge la esperanza ciudadana

Las elecciones autonómicas catalanas celebradas ayer ponen en evidencia el malestar de los votantes con sus políticos, expresado con una elevada abstención, al tiempo que confirma

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Esquerra tiene la llave de la Generalitat y surge la esperanza ciudadana

Las elecciones autonómicas catalanas celebradas ayer ponen en evidencia el malestar de los votantes con sus políticos, expresado con una elevada abstención, al tiempo que confirma que Esquerra se convierte en la llave del futuro gobierno catalán. Hay dos alternativas para los republicanos: formar un Ejecutivo con CiU, el partido ganador –consigue dos diputados más-, u otro con el PSC, que pierde cinco diputados respecto a 2003.

En medio surge un nuevo partido, Ciutadans, la esperanza de los no nacionalistas, encabezado por Albert Rivera. Barcelona y su área metropolitana otorgan tres diputados a esta formación, que era inexistente hace escasos meses y que ha tenido un escaso apoyo de los medios de comunicación tradicionales catalanes. Logra allí casi 74.000 votos.

El partido ganador fue CiU, que superó en once diputados al segundo, el PSC, mientras que en 2003 la diferencia entre ambos era de tan sólo cuatro escaños. El candidato convergente, Artur Mas, logró el 31,38% de los votos (48 escaños), mientras que el socialista José Montilla consiguió el 26,96% de los votos (37 diputados).

La mayor abstención desde 1992

La abstención llegó al 43,32%, que es la segunda más alta de estos comicios electorales. La primera fue la de 1992 cuando, en pleno pujolismo, alcanzó el 45,13%. Los resultados dan paso ahora a unos días de negociaciones intensas. Los partidos tienen de plazo hasta el próximo 1 de diciembre para poder formar gobierno. Las ejecutivas de las formaciones políticas se reunirán hoy para analizar los datos y comenzar a negociar las alianzas.

La situación es similar a la de 2003, que dio paso al gobierno tripartito catalán. Aunque Mas haya subido en escaños y Montilla haya recibido un fuerte varapalo, el caso es que los equilibrios de fuerzas en el Parlamento son similares.

Sudokus electorales

Se conforman dos bloques para poder lograr la mayoría absoluta, situada en 68 escaños. Por un lado está CiU con 48 escaños y, por el otro, un bloque de otros 49 diputados formado por una alianza entre el PSC (37 escaños) e ICV (12).

Artur Mas vivió ayer una jornada agridulce en la que no logró esos míticos 56 diputados que le hubieran dado hechuras de gobierno. Su campaña del todo o nada que apelaba a las esencias nacionalistas le pasará factura: necesita del apoyo de ERC, pero ambas formaciones luchan por el mismo ecosistema electoral y su famoso vídeo no ayudará a la colaboración. Anoche anunció que abordará las negociaciones con “humildad”.

Como ocurrió en 2003, Esquerra, la llave, se dejará cortejar por Mas y Montilla con sus 21 diputados, aunque haya perdido dos escaños. Los republicanos se inclinan por reeditar el tripartito, pero quieren ver primero el grado de resistencia de Montilla ante las presiones que, sospechan, recibirá del PSOE y de José Luis Rodríguez Zapatero para que deje a Mas formar gobierno. Allí les llamó la atención que José Blanco, secretario de Organización socialista, expresara anoche su “completo apoyo y solidaridad” a Montilla. “Si podemos, reeditaremos el tripartito. De eso no hay duda”, sostenía anoche una fuente del PSC mientras su candidato anunciaba su intención de conformar un “gobierno progresista”.

Carod, conseller en cap

En sus negociaciones ERC pondrá encima de la mesa que su candidato, Josep Lluís Carod-Rovira, sea conseller en cap. Petición con la que se medirá también el grado de resistencia de Ferraz, ya que Carod tuvo que dimitir del primer gobierno catalán al entrevistarse con la banda terrorista ETA en Perpignan.

Las elecciones autonómicas catalanas celebradas ayer ponen en evidencia el malestar de los votantes con sus políticos, expresado con una elevada abstención, al tiempo que confirma que Esquerra se convierte en la llave del futuro gobierno catalán. Hay dos alternativas para los republicanos: formar un Ejecutivo con CiU, el partido ganador –consigue dos diputados más-, u otro con el PSC, que pierde cinco diputados respecto a 2003.