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Montilla pacta el tripartito después de que Zapatero se negara a negociar con Mas
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Montilla pacta el tripartito después de que Zapatero se negara a negociar con Mas

La noche electoral, y en vista de que José Luis Rodríguez Zapatero no le llamaba por teléfono para felicitarle, Artur Mas, el ganador de las elecciones

Foto: Montilla pacta el tripartito después de que Zapatero se negara a negociar con Mas
Montilla pacta el tripartito después de que Zapatero se negara a negociar con Mas

La noche electoral, y en vista de que José Luis Rodríguez Zapatero no le llamaba por teléfono para felicitarle, Artur Mas, el ganador de las elecciones catalanas, se puso en contacto con el presidente del Gobierno. Pero la respuesta que recibió de éste no le ha satisfecho y, desde entonces, el líder convergente está que trina contra el también secretario general del PSOE, según fuentes conocedoras de estos contactos.

El caso es que Zapatero no quiso entrar a negociar con Mas un futuro gobierno en Cataluña y le remitió a José Montilla, el candidato del PSC. Ante la insistencia del líder de CiU, el presidente se defendió y le respondió que había adquirido un compromiso con Montilla y que su interlocutor era el dirigente socialista catalán.

Artur Mas brama desde entonces contra el presidente Zapatero. Aunque ya conocía con antelación que Montilla tenía plenos poderes del PSOE para negociar, el resultado electoral suponía que, sin la intermediación de Zapatero, se alejaba la posibilidad de conformar un Gobierno socioconvergente, como así ha ocurrido.

La conversación, y su enfado, lo ha transmitido el líder de CiU a los suyos y también al empresariado catalán, según las mismas fuentes. Los empresarios crearon un grupo de presión ante el PSOE y el Gobierno para que en Cataluña saliera adelante una coalición entre CiU y PSC.

Precisamente las presiones de los poderes políticos y mediáticos fueron el catalizador para que PSC, ERC e ICV acordaran este fin de semana reeditar el tripartito, después de llegar a un protocolo de actuación con el fin de evitar el caos del anterior: se han comprometido a actuar como un Gobierno monocolor, progresista y centrado en objetivos sociales.

Mas se siente traicionado en la confianza que tendió con Zapatero en enero, con el pacto del Estatuto catalán en La Moncloa. Sin embargo, fuentes socialistas desmienten que ambos acordaran en esa reunión la socioconvergencia: “En CiU se han llegado a creer hasta su propia propaganda”, replican.

Esquerra apoyará al PSOE en el Congreso

Además, Montilla ha alcanzado un acuerdo con Esquerra para que sus ocho diputados apoyen al Gobierno en el Congreso. No en vano el pacto del tripartito implica una consecuencia inmediata: que CiU no se sienta obligada a votar a favor del Ejecutivo de Zapatero como así avanzó ayer su portavoz, Josep Antoni Duran, cuando crecían sus sospechas de la inminencia del acuerdo catalán.

De ahí que los socialistas se sientan seguros ante esta advertencia que afecta a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2007. Si se suman los votos republicanos a los de PNV, IU, BNG y CHA, Zapatero tiene apoyos suficientes para continuar gobernando en España.

Mas y Montilla mantuvieron el pasado viernes un encuentro para explorar las posibilidades de un gobierno de coalición que tuvo en algún momento situaciones tensas. En especial cuando el líder de CiU recordó al socialista que sus votos mantenían al Gobierno de Zapatero. Insinuación que provocó una dura réplica de Montilla: Desde Cataluña, al Gobierno del PSOE le sustenta el PSC, respondió.

Otro de los elementos que han decantado la decisión del PSC de no pactar con CiU ha sido la presión de sus alcaldes: se negaban a que se produjera este acuerdo en vista de la inminencia de las elecciones municipales de mayo, lo que les hubiera obligado a replicar ese pacto en los ayuntamientos con sus adversarios.

La noche electoral, y en vista de que José Luis Rodríguez Zapatero no le llamaba por teléfono para felicitarle, Artur Mas, el ganador de las elecciones catalanas, se puso en contacto con el presidente del Gobierno. Pero la respuesta que recibió de éste no le ha satisfecho y, desde entonces, el líder convergente está que trina contra el también secretario general del PSOE, según fuentes conocedoras de estos contactos.