Militantes socialistas del norte se rebelan contra Rodríguez Zapatero por la ausencia de primarias

Rebelión en la cuna del socialismo histórico. La militancia de Oviedo anda revuelta por la designación de la candidata a la alcaldía, Paloma Sainz, sin pasar por elecciones primarias. Quince afiliados fueron suspendidos cautelarmente de militancia, entre septiembre y octubre, dentro de un expediente disciplinario que podría conllevar su expulsión. La causa: haber exigido primarias, o un candidato de consenso, a través de unas cartas publicadas en la prensa regional y en las que critican la decisión de la dirección local del partido.

La Ejecutiva federal socialista, con José Luis Rodríguez Zapatero y José Blanco a la cabeza, creyó que el debate quedaba zanjado con estas sanciones. Pero no ha sido así: cuatro militantes más acaban de publicar otras tantas cartas de protesta y están a la espera de que se les abra expediente. La rebelión de la militancia comienza a extenderse por el Principado de Asturias: los sancionados sostienen que han recabado ya mil firmas entre simpatizantes a través de un manifiesto que será difundido en los próximos días. El documento proclama el derecho que les asiste a la libertad de expresión, protegido por la Constitución Española.

Primero fueron diez militantes los que, en septiembre, plasmaron sus protestas en la sección de cartas al director de La Nueva España, el periódico asturiano que se ha convertido en su plataforma. El partido les suspendió de militancia al considera “grave” el criticar “con dureza” las decisiones de la dirección de la FSA-PSOE, y ante el riesgo de que la publicidad “pueda dañar los intereses generales y electorales del partido”. Al conocer esta medida disciplinaria, cinco afiliados más escribieron cartas al director protestando por lo ocurrido. También fueron suspendidos.

Entre los sancionados hay ex concejales del ayuntamiento de Oviedo, como Avelino Alonso, y militantes históricos. Por ejemplo José Clavero Orcal, jubilado de RENFE con 83 años de edad. O Belarmina Fernández Ordiz, jubilada de la Sanidad con más de cincuenta años de afiliación. Los tres forman parte del grupo que protestó por lo que había ocurrido con los diez primeros firmantes y por la forma de elegir a la candidata oficial.

A sus 71 años de edad, Belarmina está llena de preguntas sin respuesta. No entiende que la dirección del PSOE le haya suspendido de su casi medio siglo de afiliación por defender un derecho fundamental. Es más, dice a los suyos que cómo no va a estar ella en esta batalla, cuando luchó en UGT en huelgas de la minería como la de 1962, y conoció a su padre detrás de una reja a los cinco años de edad. “¿A qué tanto miedo a hacer una primarias? Esta señora saldría reforzada si las ganara”. Nerviosa y dolida, lanza a los suyos pregunta tan pregunta hasta la sentencia final: “Si me hubieran dejado hablar en la urna no habría salido a la prensa”.

Muchos de los sancionados se quejan de que se enteraron precisamente por la prensa de la designación de la candidata, en julio pasado, y de la supresión de las elecciones primarias, algo que, en Oviedo, era tradición. En 1999 fue la única agrupación de España con cuatro candidatos para la lista de alcalde y en las siguientes elecciones, en 2003, hubo dos candidatos, aunque la lista ganadora –encabezada por Leopoldo Tolivar- se alteró después para quitar a Alonso, uno de los sancionados.

También choca entre los suspendidos de militancia que haya sido precisamente la Ejecutiva Federal de Zapatero la que haya auspiciado estas decisiones, cuando el actual secretario general llegó al poder en el PSOE precisamente a través de unas elecciones primarias.