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Zapatero se negó a ‘suspender’ el diálogo con ETA tras el robo de las pistolas tal y como le pedía Rubalcaba
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Zapatero se negó a ‘suspender’ el diálogo con ETA tras el robo de las pistolas tal y como le pedía Rubalcaba

José Luis Rodríguez Zapatero y el reducido equipo de personas que le asesora en el proceso de paz barajaron a finales del pasado mes de octubre,

Foto: Zapatero se negó a ‘suspender’ el diálogo con ETA tras el robo de las pistolas tal y como le pedía Rubalcaba
Zapatero se negó a ‘suspender’ el diálogo con ETA tras el robo de las pistolas tal y como le pedía Rubalcaba

José Luis Rodríguez Zapatero y el reducido equipo de personas que le asesora en el proceso de paz barajaron a finales del pasado mes de octubre, justo después del robo de 344 pistolas y 60.000 cartuchos en una armería del sur de Francia, la posibilidad de anunciar una suspensión del diálogo con ETA. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba -sobre cuyas opiniones el presidente del Gobierno ha hecho pivotar gran parte de sus decisiones en el proceso de paz-, era el principal defensor de esta postura de dureza, según las fuentes políticas consultadas por El Confidencial.

Sin embargo, Zapatero decidió en esta ocasión hacer oídos sordos a los consejos del político cántabro y descartó realizar dicho anuncio. El jefe del Ejecutivo optó finalmente por limitarse a advertir que el hecho -cuya autoría etarra fue confirmada finalmente ayer por la Policía francesa- “era grave y serio, y tendría consecuencias", pero ni siquiera llegó a concretar cuáles serían esas “consecuencias”, a las que ayer mismo se refería precisamente el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida.

El ministro del Interior defendió su postura con el argumento de que dicho robo era un inadmisible desafío de la banda armada al que había que dar respuesta contundente. Una opinión que no era compartida por otros miembros del reducido sanedrín que asesoró en aquellas horas a Zapatero, y que consideraban, por el contrario, que un anuncio de esas características podía ser interpretado por la organización terrorista como una invitación para que volviera a los atentados, algo que había que evitar a toda costa.

El PSE, contra la ‘suspensión’

Esta última posición era compartida por la dirección del PSE, que entonces -como ahora- mantenía intensas reuniones en el Santuario de San Ignacio de Loyola con PNV y Batasuna para consensuar un ‘documento de bases’ con el que poner en marcha la mesa de partidos y, a la vez, desbloquear el proceso de paz. Los socialistas vascos consideraban que una declaración de Zapatero como la que defendía Rubalcaba hubiera supuesto también un frenazo a dicha negociación, aunque en un principio las tres formaciones habían acordado blindar dicho diálogo a este tipo de incidencias.

Finalmente, Zapatero decidió no seguir el consejo de Rubalcaba y descartó tomar tal medida por el momento. El presidente del Gobierno mostró entonces su convencimiento de que, a pesar del robo de las pistolas, la banda armada no se iba a atrever a empuñar de nuevo las armas. Por ello, además de hablar de “consecuencias”, el presidente del Gobierno se ha limitado en sus últimas declaraciones públicas a recalcar que no dará ningún nuevo paso hasta acreditar la voluntad inequívoca de ETA de abandonar las armas.

Por su parte, el ministro del Interior ha decidido continuar preparando a su partido ante una posible escenificación de la ruptura de los contactos con la organización terrorista. En esta línea inscriben las fuentes consultadas su comparencia -con el presidente ausente por su viaje a Turquía- ante la Ejecutiva del PSOE del pasado 13 de noviembre para explicar la crisis por la que atraviesa el proceso de paz. Un hecho insólito porque el órgano de dirección de los socialistas no trataba el asunto de ETA desde hacía bastantes meses, justo desde que Zapatero lo colocara bajo su responsabilidad directa y advirtiera que no les iba a informar de la marcha del diálogo.

El tema de los presos

José Luis Rodríguez Zapatero y el reducido equipo de personas que le asesora en el proceso de paz barajaron a finales del pasado mes de octubre, justo después del robo de 344 pistolas y 60.000 cartuchos en una armería del sur de Francia, la posibilidad de anunciar una suspensión del diálogo con ETA. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba -sobre cuyas opiniones el presidente del Gobierno ha hecho pivotar gran parte de sus decisiones en el proceso de paz-, era el principal defensor de esta postura de dureza, según las fuentes políticas consultadas por El Confidencial.