Enfado en Moncloa: acusan al PSE de filtrar la reunión entre enviados del Gobierno y ETA

En el Palacio de La Moncloa se detectaba malestar el miércoles por la mañana a cuenta de la difusión de un encuentro entre enviados del Gobierno y la banda terrorista ETA. Allí se señalaba al Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) como el epicentro de la filtración a los periódicos vascos de la reunión, según aseguran a este diario fuentes conocedoras del proceso de paz. ¿La razón del enfado? la inoportunidad de la difusión de la cita, a sólo dos días del encuentro de José Luis Rodríguez Zapatero con Mariano Rajoy, y por el hecho de que estas informaciones han exagerado su importancia y contenido, ya que se trató de un contacto “técnico” entre intermediarios.

Este malestar contra los socialistas vascos es desmentido por fuentes del entorno de Zapatero –“no hay enfado con el PSE”, sentencian-, al tiempo que sostienen que su reunión con Rajoy no ha sido convocada para tratar estos contactos con la banda terrorista. “Es un disparate pensar que la agenda del presidente del Gobierno y del líder del principal partido de la oposición esté en función de cómo discurra el proceso de paz, que es muy largo y complicado y depende de ETA”.

A primera hora de la mañana, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se puso en contacto con el PSE para recibir explicaciones y conocer el origen de la filtración. La dirección de los socialistas vascos le aseguró que ellos no estaban detrás de esta noticia. Poco después, su secretario general, Patxi López, coordinaba sus declaraciones públicas sobre este asunto con el PSOE y con el propio Rubalcaba. Mientras, desde el departamento de Interior ha comenzado a deslizarse la idea de que Batasuna ha podido ser la difusora de las informaciones.

La mera sospecha de que el PSE haya filtrado el encuentro ahonda la distancia que hay entre la cúpula de esta formación y la dirección federal del PSOE, surgida a principios de mes con el enfrentamiento entre el secretario de Organización, José Blanco, y el secretario general de los socialistas vizcaínos, José Antonio Pastor. El primero desautorizó al segundo por haber afirmado que el Gobierno quiso reunirse con ETA en agosto pero que la banda se negó. “Hay mucha gente que no sabe de lo que habla”, sentenció Blanco.

Tampoco ayuda el hecho de que el sindicato hermano en Euskadi, UGT, acordara recientemente instar al Gobierno socialista a que dé los “pasos necesarios” y legalice a la izquierda abertzale mientras pide a Zapatero que no se deje “chantajear por la extrema derecha”.

Desde entonces, los gestos de acercamiento entre los socialistas vascos y la dirección federal se suceden cada semana en vista de que “la ruptura de puentes no nos conviene a ninguno”, como reconocen fuentes internas. Desde la sede central de Ferraz se asegura que el ambiente entre ambas cúpulas es “muy bueno” y que lo ocurrido con Pastor fue un error personal. Sea cual fuere el origen de la filtración, el caso es que fuentes oficiales reconocen que hay “sorpresa y malestar generalizado en el Gobierno, el PSOE y el PSE”.

Pulso entre Rubalcaba y el PSE

De fondo se encuentra un pulso entre Rubalcaba y el PSE sobre quién pilota el proceso de paz. El titular de Interior, que tiende a concentrar poder, es un asesor directo de Zapatero respecto a estas negociaciones, aunque se queja de que el presidente no comparte con él toda la información. Mientras, los socialistas vascos sienten que el ministro tiende a desplazarles y temen quedarse fuera del proceso después de llevar años de acercamiento a Batasuna y ETA.