Gobierno y ETA acuerdan volver a reunirse tras las Navidades

Se reúnen, luego el proceso de paz cabalga de nuevo. La reunión celebrada la pasada semana entre emisarios del Gobierno y dirigentes de ETA en un lugar no especificado de Europa ha permitido al Ejecutivo afianzarse en la tesis de que la banda armada no sólo no va a romper la tregua a corto plazo, sino que está dispuesta a continuar con el diálogo en los próximos meses. De hecho, ambas partes decidieron al finalizar la misma dar continuidad a los contactos y se emplazaron para celebrar un nuevo encuentro en enero, una vez pasadas las Navidades, según han confirmado a El Confidencial fuentes conocedoras de lo tratado.

Esta futura reunión será de nuevo de carácter “técnico”, ya que en la que tuvo lugar la semana pasada ambas partes no terminaron de ponerse de acuerdo en la agenda de temas que se deberán abordar en la primera reunión formal entre los negociadores del Ejecutivo y dirigentes de la organización terrorista. Siempre según estas fuentes, Gobierno y ETA ni siquiera consiguieron fijar el lugar donde ésta debe tener lugar.

Esta falta de acuerdos en los detalles no ha enturbiado, sin embargo, el principal logro que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero cree haber conseguido con el encuentro: asegurarse de que la banda armada, pese a los alarmantes mensajes lanzados en las últimas semanas por diversos dirigentes de Batasuna, no va a romper el “alto el fuego permanente” por el momento. “Puede haber comunicado o no, puede ser incluso muy duro y crítico, pero de lo que estamos seguros es que ETA ha decidido mantener su apuesta por el proceso”, apunta a este diario una fuente política vasca conocedora de los entresijos del último contacto.

Intercambio de impresiones

El encuentro -que, como en todos los anteriores, contó con la presencia de miembros del Centro Henri Dunant para el Diálogo Humanitario, la ONG suiza que hace labores de mediación- sirvió también para que Gobierno y ETA intercambiaran impresiones sobre los sucesos de las últimas semanas que han puesto contra las cuerdas el proceso de paz. Ambas partes coincidieron en que era necesario que unos y otros realizaran gestos para recuperar la confianza perdida, aunque discreparon en cuáles debían ser dichos gestos y, sobre todo, el orden de los mismos.

Según las fuentes consultadas por El Confidencial, el Gobierno se mostró dispuesto a flexibilizar poco a poco su política penitenciaria y a facilitar la presencia de una nueva Batasuna en la cita electoral del mes de mayo. Eso sí, siempre y cuando la banda armada y la izquierda abertzale acabaran previamente con la kale borroka y mostraran públicamente su intención de continuar con el proceso eliminando, entre otras actitudes, las declaraciones altisonantes que no ayudan en nada al proceso.

Por su parte, los terroristas insistieron en que todavía “no toca” hablar ni de presos ni de la legalización de su brazo político. Para ellos, los temas prioritarios son dos: acabar con el acoso judicial al que dicen estar sometidos y, sobre todo, concretar el contenido de la mesa de partidos. Y, por supuesto, en su opinión debe ser Moncloa quien se mueva primero.

A lo primero, los emisarios del Gobierno recordaron a los dirigentes de ETA que el poder judicial es independiente y que su capacidad de influencia en este terreno es muy limitada. Sobre el contenido del acuerdo previo para crear el foro político, los enviados del Ejecutivo remitieron a sus interlocutores a las formaciones vascas ya que, insistieron, las reglas de juego las deben fijar ellos.

Quinta reunión