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Rajoy adopta un gesto crítico: hará declaraciones en Génova, en lugar de Moncloa, tras reunirse con Zapatero
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Rajoy adopta un gesto crítico: hará declaraciones en Génova, en lugar de Moncloa, tras reunirse con Zapatero

El líder del PP, Mariano Rajoy, evidenciará mañana su distanciamiento del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de su proceso abierto hacia el fin

El líder del PP, Mariano Rajoy, evidenciará mañana su distanciamiento del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de su proceso abierto hacia el fin de ETA con un gesto crítico: al término, no hará declaraciones en La Moncloa, sino que se desplazará hasta la sede del PP en Madrid, en la calle Génova, para informar de su contenido a los medios de comunicación.

Este gesto de rebeldía de Rajoy es su forma de expresar que no espera nada de la cita. El líder popular entiende que Zapatero le ha llamado únicamente para satisfacer su necesidad de obtener una fotografía del encuentro con el fin de dar a entender ante la opinión pública de que informa al PP de los pasos del Gobierno sobre ETA cuando la realidad es que no se le está informando de nada, según fuentes populares.

Es la primera vez que Rajoy opta por no comparecer en Moncloa ante la prensa después de entrevistarse con Zapatero, ya que en las cinco reuniones anteriores siempre hizo declaraciones en una sala habilitada al efecto en la sede de la presidencia del Gobierno, la última vez en la reservada para informar de los Consejos de Ministros. De ahí que el gesto crítico quiera poner en evidencia su distancia del presidente.

Pero el gesto del presidente del PP no es nuevo entre los líderes de la oposición. Ya en 1998 el antecesor de Zapatero en la secretaría general del PSOE, Joaquín Almunia, optó por comparecer en la sede socialista de Ferraz, en Madrid, después de reunirse con el entonces presidente del Gobierno, el popular José María Aznar. Eran tiempos de malas relaciones entre ambos dirigentes a cuenta de la posición española ante la crisis de Iraq –intervención o no al margen de la ONU- y la renovación de los magistrados del Tribunal Constitucional.

Una reunión "con trampa"

El secretario general, Ángel Acebes, era un firme defensor de la conveniencia de comparecer en Génova, en lugar de Moncloa, frente a otros asesores del PP que defendían que, si se aceptaba el encuentro con Zapatero, había que hacerlo con todas sus consecuencias. Este gesto crítico es también una sutil concesión al sector más duro de la órbita mediática del PP y de la militancia, que defienden la inoportunidad de la reunión.

El argumento dado por Acebes reside en que Rajoy acude a ciegas al encuentro con el presidente –no se han cruzado papeles sobre los temas a tratar- y, que además, en el PP no reciben información sobre ETA ni mucho menos sobre la reunión de enviados del Gobierno con la banda terrorista. Dado que no es la primera vez que esto ocurre, en la dirección del PP están cansados de que su líder tenga que realizar de forma precipitada declaraciones públicas.

Este aquí te pillo, aquí te mato es, a juicio de los populares, un hábito de Zapatero que no están dispuestos a aceptar esta vez, al entender que la reunión de mañana es una “trampa”, a pesar de lo cual no tiene más remedio que acudir por una cuestión de “respeto a las instituciones democráticas”, según han señalado fuentes de la dirección popular. La reunión se producirá en un clima muy tenso entre ambos dirigentes políticos, cuya relación personal está muy deteriorada, por no hablar ya del distanciamiento político en cuestiones fundamentales como el terrorismo.

Acercamiento “imposible”

La Moncloa aún no ha informado si las declaraciones públicas para informar del encuentro entre Rajoy y Zapatero las realizará el propio presidente, como ocurrió la última vez después de que ETA declarara el alto el fuego, en marzo pasado, o bien si las realizará la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, quien podría aprovechar la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para explicar el alcance de la reunión.

El líder del PP, Mariano Rajoy, evidenciará mañana su distanciamiento del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de su proceso abierto hacia el fin de ETA con un gesto crítico: al término, no hará declaraciones en La Moncloa, sino que se desplazará hasta la sede del PP en Madrid, en la calle Génova, para informar de su contenido a los medios de comunicación.