Batasuna apremia a la familia de De Juana para que le convenza de abandonar la huelga de hambre

La huelga de hambre de Iñaki de Juan Chaos se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza, y no sólo para el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Destacados dirigentes de Batasuna reconocen en privado su temor a que la actitud del preso desemboque en un empeoramiento de su estado de salud a corto plazo o, incluso, en su muerte, y que, con ella, el proceso de paz sufra un nuevo e importante contratiempo. Por ello, según han confirmado a El Confidencial fuentes cercanas a la izquierda abertzale, miembros de la ilegalizada formación han pedido reiteradamente en las dos últimas semanas a la familia del preso que insistan en sus intentos para convencerle de que abandone definitivamente la huelga de hambre que mantiene desde hace ya cincuenta días.

La insistencia de Batasuna comenzó después de que la compañera sentimental del etarra, Irati Aranzabal, asegurara a un medio de comunicación a comienzos de diciembre que los médicos del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, donde De Juana se encuentra internado, le había advertido de que De Juana podía sufrir una muerte súbita dado su deterioro físico. La izquierda abertzale está convencida de que sólo la familia, como ocurrió en su anterior ayuno (ver El Confidente del pasado 10 de octubre), le puede hacer cejar en una protesta. El Ministerio del Interior opina lo mismo, y por ello no pone ningún impedimento a que la mujer le visite en el centro sanitario donde se encuentra ingresado.

Iñaki de Juana -que tiene 51 años de edad- pesaba 65 kilos cuando fue hospitalizado el pasado 25 de octubre. Desde entonces ya ha perdido más de siete kilos. Por ello, los médicos iniciaron el pasado 11 de diciembre su alimentación forzosa a través de una sonda naso gástrica. En su anterior ayuno -que inició el 7 de agosto y dejó el 7 de noviembre- también recibió un tratamiento similar, aunque entonces sólo opuso resistencia al comienzo. Fue precisamente su compañera sentimental la que le convenció de que no se arrancara la sonda. Ahora ha tenido que ser maniatado a la cama para que no se la quite. “Comeré cuando sea libre”, dijo a los médicos cuando le comunicaron que iban a comenzar a alimentarle a la fuerza.

Una protesta que no gusta a la izquierda ‘abertzale’

A Batasuna nunca le gustó la protesta de De Juana, ni ahora ni cuando inició la primera huelga de hambre. Según reconocen en privado dirigentes de la propia izquierda abertzale, De Juana Chaos decidió en agosto comenzar su primera protesta para pedir su excarcelación sin pedir autorización a la banda. Al parecer, se limitó a comunicar su intención a Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, nombrado por la organización terrorista uno de sus portavoces en las cárceles. También le envió una carta manuscrita a la dirección de Batasuna, para que ésta no interpretara su ayuno como un intento de boicotear el proceso de paz.

Lo particular de sus reclamaciones hizo que en un primer momento el resto de los presos de la banda armada mostrasen un frío apoyo a la iniciativa de su compañero, según fuentes penitenciarias. Incluso Gara tardó el pasado verano diez días en comenzar a informar de la protesta del preso. El propio De Juana llegaba a justificar en una carta publicada en el diario Berria una medida que nunca ha parecido contar ni siquiera con el apoyo de sus compañeros etarras en las cárceles donde ha estado internado desde el verano: “Estoy seguro de que al tomar esta decisión no hago daño a nadie. Al contrario, si hay consecuencias beneficiosas, lo serán para todos. Y si son negativas, repercutirán únicamente sobre mí”.