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¿División en el Gobierno? Rubalcaba abandera la línea dura contra ETA frente a la posicion pacifista de ZP
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¿División en el Gobierno? Rubalcaba abandera la línea dura contra ETA frente a la posicion pacifista de ZP

Una seria discrepancia parece estar tomando cuerpo en el seno del Gobierno entre su presidente, Rodríguez Zapatero, decidido a seguir intentando vías de diálogo con

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¿División en el Gobierno? Rubalcaba abandera la línea dura contra ETA frente a la posicion pacifista de ZP

Una seria discrepancia parece estar tomando cuerpo en el seno del Gobierno entre su presidente, Rodríguez Zapatero, decidido a seguir intentando vías de diálogo con ETA, y la de su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, partidario de aplicar una política de dureza con la organización terrorista tras el atentado de Barajas.

Que esta discrepancia, que advierten muy claramente en las filas del Partido Popular, llegue a cuajar en una división clara en el seno del Gobierno sobre cómo enfrentar el problema de ETA, división que tendría consecuencias políticas evidentes, dependerá seguramente de la evolución de los acontecimientos y de lo que hoy mismo diga el comunicado de la banda anunciado ayer.

La posición de dureza de Rubalcaba quedó ayer en evidencia en la entrevista que el ministro concedió al diario New York Times, al asegurar que tras el atentado del pasado 30 de diciembre “nunca más habrá otra tregua creíble con ETA", añadiendo que la organización, que “tiene una lógica diferente, una lógica asesina, psicopática”, ha faltado “a su palabra; ha engañado”, de modo que “la próxima vez que anuncien una tregua, todo el mundo dirá: una tregua como la de Barajas”.

Ayer mismo también, al comentar el comunicado de ETA reivindicando el atentado, Rubalcaba enfatizó que “a ETA sólo le queda un camino: el de poner fin a la violencia”. Una línea de firmeza que parece claramente en contradicción con las dudas y silencios de Zapatero, que estos días ha intentado ganar tiempo en espera de la reacción oficial de ETA, comunicado mediante, con la esperanza de rescatar el proceso de diálogo.

En la posición de Rubalcaba se encontraría representada gran parte de la línea del socialismo tradicional, el PSOE de Felipe González, mientras que con la de Zapatero se identificaría el nuevo partido de tinte radical surgido en torno al líder leonés y el actual secretario general, Pepiño Blanco.

Incómodo con Zapatero

A Rubalcaba ya se le vio incómodo con Zapatero en los primeros días de la crisis provocada por el atentado en la T-4, días en los que, con el presidente refugiado en Doñana, el control de la comunicación a la sociedad de los acontecimientos y su interpretación quedó en manos del ministro del Interior, que pilotó la información, bastante escasa, por otro lado, que el Gobierno difundió a los españoles.

Con todo, los primeros síntomas de que la relación entre Zapatero y Rubalcaba iba por mal camino llegaron en noviembre, cuando, en una Ejecutiva Federal del PSOE, el ministro, siempre pródigo en abrazos, se mantuvo nervioso y taciturno (ver noticia), criticando en privado al presidente entre sus compañeros, a los que trasladó su decepción por el comportamiento de Zapatero en la conducción del “proceso de paz”.

Ya a finales de noviembre, comenzaron a conocerse sus quejas relativas a que el presidente del Gobierno le ocultaba información, como en su día reveló este diario.

Días antes se había producido un intenso pulso entre ambos, tras el robo en Francia de 350 armas cortas por parte de ETA. Rubalcaba presionó para que el presidente suspendiera el “proceso” y mantuviera una actitud de dureza ante la banda, opiniones ante las que Zapatero hizo oídos sordos (ver noticia).

Una seria discrepancia parece estar tomando cuerpo en el seno del Gobierno entre su presidente, Rodríguez Zapatero, decidido a seguir intentando vías de diálogo con ETA, y la de su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, partidario de aplicar una política de dureza con la organización terrorista tras el atentado de Barajas.