Cierre de filas en torno a Zapatero mientras CiU se ofrece de mediador

“Muchos compañeros socialistas estaban confusos con el presidente, pero el PP ha logrado que cerremos filas entorno a José Luis Rodríguez Zapatero”. Así valoran en fuentes del PSOE el efecto producido por la dura oposición desplegada por Mariano Rajoy en el debate del pasado lunes sobre política antiterrorista, que augura que ETA estará en la agenda política hasta el final de la legislatura.

Estas fuentes consideran que muchos votantes de izquierda, y militantes socialistas en particular, estaban desorientados con la gestión del presidente tras el atentado de Barajas, pero que, después del debate del lunes, han optado por apoyarlo y aplazar las preguntas. “Zapatero estaba hundido y Rajoy lo ha aupado de nuevo”, sentencian las mismas fuentes. Pero las preguntas siguen en el aire e intelectuales de izquierda escriben estos días artículos donde cuestionan el liderazgo de Zapatero, y de Rajoy, como el publicado ayer en El País por Juan Luis Cebrián.

Dos son los factores que han influido en el cierre de filas de la izquierda: el duro discurso del líder de la oposición el lunes y la negativa del PP a acudir a la manifestación convocada en Madrid el pasado sábado contra el asesinato de dos ecuatorianos con la bomba de Barajas, a pesar de que se cambió el lema. “Ha sido un error para ellos, y se han dado cuenta”, sentencian fuentes internas.

Un histórico aliado de PP y PSOE, los catalanes de CiU, se ofrecieron ayer como mediadores para recomponer los puentes rotos entre ambas formaciones a causa de la estrategia a seguir para el fin de ETA. Su líder Artur Mas reconoce que no tienen buena relación con Zapatero, porque les ha decepcionado, pero que aceptan el papel de intermediación propuesto por el presidente. El objetivo: convencer a unos y otros de que “espectáculos como el del lunes en el Congreso no se pueden repetir”, reconoce este partido. E intentar consensuar una nueva política antiterrorista.

A pesar de la ruptura de puentes, fuentes socialistas creen que el PP tendrá en el futuro “poco margen de oposición” en este asunto. Y es que al Gobierno le toca ahora endurecer la lucha contra ETA e impedir que un clon de Batasuna se presente a las elecciones municipales y forales de mayo. “La presencia de Batasuna es imposible, la Ley de Partidos se aplicará”, precisan estas fuentes. De ahí que sostengan que la dura oposición popular tendrá poco recorrido.

En el debate del lunes, Zapatero no fue tan contundente como cabía esperar incluso entre los suyos y no cerró la puerta a un futuro diálogo con ETA, dentro del Estado de Derecho. Al parecer, el presidente desea conservar la popularidad que ha adquirido en el País Vasco entre la izquierda, incluida la radical del mundo batasuno. Mes tras mes las encuestas auguran que el presidente es admirado en estos sectores, sentimiento surgido tras la retirada de las tropas de Iraq cuando llegó al poder.

Salto cualitativo de ETA

Pero, a pesar de este deseo de nadar y guardar la ropa, es posible que Zapatero no pueda continuar con ese equilibrio. La razón reside en que la situación se podría complicar aún más: que los comandos ejecutores de ETA opten por recrudecer su terrorismo y dar un salto cualitativo sobre la bomba de Barajas, en vista del previsible endurecimiento de la Justicia frente a la banda, Batasuna y su entorno. De ahí que no se descarte un escenario como el surgido tras la ruptura de la tregua de 1999. Aunque fuentes socialistas aún conservan la esperanza de que no haya saltos cualitativos y que la bomba de la T-4 quede en una mera advertencia a Zapatero, que se salió de las manos provocando el asesinato de dos personas.