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Rubalcaba medió para que Revilla fuera recibido en Moncloa, pese a la oposición del PSOE cántabro
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Rubalcaba medió para que Revilla fuera recibido en Moncloa, pese a la oposición del PSOE cántabro

La foto entre un presidente de Gobierno y el de una comunidad autónoma hablando de inversiones para su tierra vale un Potosí en tiempo electoral. Y

Foto: Rubalcaba medió para que Revilla fuera recibido en Moncloa, pese a la oposición del PSOE cántabro
Rubalcaba medió para que Revilla fuera recibido en Moncloa, pese a la oposición del PSOE cántabro

La foto entre un presidente de Gobierno y el de una comunidad autónoma hablando de inversiones para su tierra vale un Potosí en tiempo electoral. Y la imagen popular, cercana, entre José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Ángel Revilla y el taxista que transportó a este último ayer a La Moncloa vale el otro Potosí.

Consciente del alto rédito electoral de la entrevista, el Partido Socialista de Cantabria-PSOE había logrado que Zapatero no recibiera a Revilla, líder del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Ambos son socios de gobierno, pero serán rivales en las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo. La entrevista estaba concertada para finales del año pasado, el 28 de diciembre. Pero las presiones de la secretaria general socialista de la región, Lola Gorostiaga, dieron sus frutos y Zapatero accedió a no recibir a Revilla, en contra de lo que suele hacer cada año, según fuentes internas.

Gorostiaga no contó con que el presidente cántabro se iba a poner en contacto con la cúpula del Gobierno, en especial con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que es diputado por Cantabria. Revilla coincidió con él primero en Madrid y luego en Santander, cuando el político visitó el pasado 10 de enero la ciudad con motivo de la fiesta anual del partido. Su simpatía y su apoyo al proceso de paz de Zapatero dieron sus frutos: el cántabro consiguió la mediación del ministro y la entrevista se celebró ayer, en La Moncloa, con el consiguiente enfado del PSC.

Como ya es tradicional, Revilla se presentó en La Moncloa a bordo de un taxi y con una bolsa de anchoas para obsequiar a Zapatero. Lo de acudir en taxi de visita oficial ya es conocido, como lo es el portar anchoas y besar las banderas de España y Cantabria, gestos convenientemente fotografiados por los medios de comunicación. Pero, esta vez, el taxista se bajó del coche para sacar las conservas y, ahí sí, vino la novedad: Zapatero, Revilla y el taxista quedaron inmortalizados.

El presidente cántabro suele explicar que es más barato coger un taxi que pagar el viaje hasta Madrid de su chófer oficial y que, además, sus conductores no conocen la capital de España. Al margen de si en Cantabria se venden o no navegadores, el recurso del taxi contrasta con las subidas de sueldo que ha aprobado respecto al Ejecutivo anterior: del 19,99% para los consejeros de su Gobierno y del 26% para los altos cargos de las empresas públicas de la región. Incrementos que son esgrimidos por los médicos del sindicato CESM de la comunidad autónoma, de huelga indefinida desde el pasado día 15 en demanda de mejoras salariales.

‘¿La guerra civil?’

Revilla aprovechó el encuentro para echar un capote al presidente en materia antiterrorista, más en concreto para echarse al cuello de Mariano Rajoy, presidente del PP. El cántabro confesó su “alarma” ante los periodistas por la actitud del líder popular frente a Zapatero durante el debate parlamentario sobre ETA del pasado lunes y planteó qué pasaría si a Rajoy le tocara hoy gobernar: "¿La guerra civil?".

De Rajoy dijo que había adoptado una posición “bastante mezquina” y expresó su confianza en Zapatero y en su “loable” intento de lograr el fin del terrorismo. El PP respondió que sus palabras suponían “una bobada más” de un personaje “esperpéntico”.

¿Quién contó el lapsus de Zapatero?

La foto entre un presidente de Gobierno y el de una comunidad autónoma hablando de inversiones para su tierra vale un Potosí en tiempo electoral. Y la imagen popular, cercana, entre José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Ángel Revilla y el taxista que transportó a este último ayer a La Moncloa vale el otro Potosí.