La audiencia decidirá mañana finalmente si concede la 'prisión atenuada' para De Juana Chaos

La Audiencia Nacional decidirá finalmente el jueves si atenúa a Iñaki de Juana Chaos, en huelga de hambre desde hace 79 días, su actual situación penitenciaria tras estudiar el alarmante informe que el pasado lunes le remitieron los médicos que le atienden en el madrileño Hospital 12 de Octubre. Será el Pleno de la Sala de lo Penal de la AN, y no sólo los tres magistrados que componen la sección que lleva el caso, la que se encargue de tomar la decisión. El magistrado Alfonso Guevara ha solicitado este procedimiento ante lo extraordinario del tema que se va a examinar y la posibilidad de que siente precedente. De momento ya el fiscal de la Audiencia Nacional Fernando Burgos pidió hoy a la sala de lo penal de este tribunal que ordene la prisión atenuada para el preso etarra.

El documento médico, que obra en poder de El Confidencial (ver informe), recoge el grave empeoramiento que ha sufrido el estado de salud de recluso en los últimos doce días, que le ha hecho perder exactamente 8,8 kilos de su peso corporal. Es decir, una media de 730 gramos cada día a pesar de los cuidados que se le dispensa. Una brusca pérdida de peso que hace temer a los médicos “a medio plazo una situación irreversible con resultado de muerte o graves secuelas” e, incluso, una “muerte súbita”.

Según el informe, De Juana ingresó en el centro hospitalario el pasado 24 de noviembre con un peso de 63 kilos. El etarra había iniciado este segundo ayuno dieciocho días antes, tras conocer que la Audiencia Nacional le había condenado a más de 12 años por amenazas a cinco responsables de prisiones. Entonces pesaba 71 kilos, lejos ya de los 86,9 kilogramos con los que comenzó la primera huelga, el pasado mes de agosto. Una vez ingresado en el hospital, De Juana mantuvo su actitud de no ingerir ningún tipo de comida, por lo que su rápido deterioro físico obligó a los médicos a iniciar el 11 de diciembre la alimentación forzosa con una sonda nasogástrica. Aquel día ya sólo pesaba 57,5 kilos.

Cuatro semanas después, en concreto el 7 de enero, el recluso se había recuperado hasta los 62,5 kilogramos, por lo que le retiraron la alimentación artificial. Doce días después, en el momento en el que los facultativos que le atienden redactan el informe para la Audiencia Nacional, su peso había vuelto a descender, aunque mucho más bruscamente, hasta los 53,7 kilos. Por ello, en el documento plantean a la Justicia la necesidad de “reiniciar la administración de nutrición enteral por sonda nasogástrica con objeto de preservar su vida”.

El ‘síndrome de rehabilitación’

No obstante, los médicos temen que la vuelta a este tratamiento no sea tan efectivo esta vez y que, incluso, provoque nuevos problemas, como el llamado síndrome de rehabilitación. De ser así, el etarra puede comenzar a sufrir “arritmias, insuficiencia cardiaca congestiva, insuficiencia respiratoria por fatiga muscular, convulsiones, parestesias, debilidad muscular, rabdomiolisis, insuficiencia renal y encefalopatía de Wemicke-Korsakoff, que pueden conducir a la muerte si no se previene”.

Además, creen que la “oposición violenta” que De Juana sigue poniendo a recibir la alimentación forzosa acarrea riesgos añadidos de “morbilidad y mortalidad”, entre los que citan neumonía por aspiración, neumotórax, hemotórax y contaminación de catéteres centrales. Un alarmante cuadro al que se añade su actual bajo nivel de defensas, fruto también del ayuno, que le puede provocar “algún tipo de infección nosocomial, cuya gravedad puede ser extrema”.