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Rubalcaba ordenó acercar presos de ETA a las cárceles vascas días antes del atentado de Barajas
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Rubalcaba ordenó acercar presos de ETA a las cárceles vascas días antes del atentado de Barajas

El plan A del Gobierno en su diálogo con ETA estaba a punto de dar un paso significativo cuando el 30 de diciembre la furgoneta bomba

Foto: Rubalcaba ordenó acercar presos de ETA a las cárceles vascas días antes del atentado de Barajas
Rubalcaba ordenó acercar presos de ETA a las cárceles vascas días antes del atentado de Barajas

El plan A del Gobierno en su diálogo con ETA estaba a punto de dar un paso significativo cuando el 30 de diciembre la furgoneta bomba de Barajas enterró bajo los escombros la vida de Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. Días antes del atentado, Alfredo Pérez Rubalcaba comunicó a sus más estrechos colaboradores en el Ministerio del Interior la orden de preparar con carácter de urgencia los primeros traslados de presos de ETA a cárceles próximas al País Vasco.

En concreto, el político cántabro dio instrucciones para comenzar con ellos justo después de las vacaciones de Navidad, este mismo mes de enero. “Ahora sí es el momento”, comentó. Así lo han confirmado a El Confidencial fuentes conocedoras del proceso, que añaden que los planes del Ejecutivo eran seguir con movimientos “significativos” de reclusos de la banda armada incluso durante el mes siguiente, febrero. Sin embargo, sólo unos días después las órdenes fueron anuladas una vez se produjo el atentado de la T-4.

Siempre según las fuentes, los primeros afectados por la iniciativa de Moncloa iban a ser los seis reclusos de ETA que sufren dolencias incurables: Jon Agirre Agiriano, Juan José Rego Vidal, María Dolores Gorostiaga, José Ramón Foruria, Josu Uribetxebarría y Bautista Barandalla. En una segunda fase, también durante los dos primeros meses de 2007, los beneficiados iban a ser las presas de la organización y un número significativo de reclusos que hubieran cumplido tres cuartas partes de la condena, siempre y cuando no fuesen mediáticamente conocidos por la comisión de graves delitos de sangre.

Del optimismo al “engaño”

De hecho, las fuentes aseguran que el tema fue puesto sobre la mesa por los tres representantes del Gobierno que a mediados de diciembre se reunieron con miembros de ETA en una localidad de Alemania. De aquella reunión -que duró dos días y que fue “dura” y llena de “reproches” por ambas partes-, los emisarios de Moncloa concluyeron que el proceso seguía adelante y así lo transmitieron a José Luis Rodríguez Zapatero y el reducido sanedrín que le asesora en este tema, en el que se encuentra el propio Rubalcaba.

El optimismo hizo que el ministro del Interior -que precisamente hasta entonces se había negado a mover a los presos de ETA como pedían desde el PSE- diera en esta ocasión su visto bueno al gesto con la banda armada y fuera él quien se encargara de dar las instrucciones para poner en marcha el plan que desde el verano tenía listo Instituciones Penitenciarias. Según una fuente consultada, Rubalcaba llegó en algunos momentos a mostrarse exultante aquellos días e, incluso, felicitó a los emisarios del Gobierno por su trabajo en el encuentro de Alemania.

El Ejecutivo, “engañado”

Sin embargo, tras el atentado de Barajas, el Ejecutivo se sintió “engañado” por la banda armada, y el propio ministro del Interior aseguró días después, en la ronda que mantuvo con los portavoces de los grupos políticos en el Congreso, que los dirigentes de la organización terrorista se habían negado a hablar de sus presos en la reunión de diciembre, como adelantó este diario el pasado 15 de enero (ver noticia).

El plan A del Gobierno en su diálogo con ETA estaba a punto de dar un paso significativo cuando el 30 de diciembre la furgoneta bomba de Barajas enterró bajo los escombros la vida de Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. Días antes del atentado, Alfredo Pérez Rubalcaba comunicó a sus más estrechos colaboradores en el Ministerio del Interior la orden de preparar con carácter de urgencia los primeros traslados de presos de ETA a cárceles próximas al País Vasco.