Otegi pide por teléfono a los socialistas una reunión en persona para resucitar el proceso de paz

Batasuna llama insistentemente a la puerta de los socialistas, pero nadie les abre. El portavoz de la ilegalizada formación, Arnaldo Otegi, ha intentado en varias ocasiones en las últimas semanas concertar por teléfono un encuentro en persona con dirigentes del PSE, pero se ha encontrado siempre con la misma respuesta: no. Así lo han asegurado a El Confidencial varias fuentes políticas, que añaden que los socialistas vascos reconocen en privado que su negativa viene marcada desde Madrid, donde el equipo que asesora a José Luis Rodríguez Zapatero en el proceso ha impartido instrucciones claras para que eviten a toda costa cualquier reunión, por muy discreta que sea, con representantes de la izquierda abertzale.

La petición de Otegi ha sido posible gracias a que el Palacio de La Moncloa sí ha dado luz verde al PSE para tener abiertos los teléfonos y así conservar “canales de comunicación” con Batasuna, como ya adelantó este diario el pasado 11 de enero (ver noticia). De hecho, según reconocen fuentes próximas al diálogo desarrollado en los últimos años entre ambas formaciones, este cruce de llamadas ha sido “muy intenso” en algunos momentos.

Fuentes oficiales del PSE, sin embargo, desmienten a este diario la existencia de la petición de Batasuna para celebrar un encuentro -“al que, por supuesto, nos negaríamos”-, y señalan que todo es “una invención de la izquierda abertzale”. No obstante, las fuentes consultadas por este diario aseguran que las llamadas han existido y que, en ellas, Otegi ha solicitado que su interlocutor sea el presidente del partido, Jesús Eguiguren, con quien inició hace cinco años los contactos secretos que desembocaron en el “alto el fuego permanente”.

La última cita, en Txillarre

Precisamente, ambos fueron los protagonistas del último encuentro celebrado entre representantes de ambos partidos. Como en su día adelantó la Cadena Ser, dicha reunión se produjo el 30 de diciembre, el mismo día del atentado de la T-4 que costó la vida a Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Aquel encuentro se inició a las diez de la mañana, una hora después de que estallase la furgoneta bomba en Madrid, y había sido concertada con antelación por ambas partes para intentar desbloquear la negociación sobre la mesa de partidos, estancada desde principios de noviembre.

Sin embargo, la agenda prevista quedó arrumbada tras las primeras noticias sobre la bomba de Barajas, y las dos horas que duró el encuentro sirvieron al dirigente socialista para constatar que Otegi y el otro dirigente batasuno que le acompañaba, Rufi Etxeberría, estaban tan sorprendidos como él por el atentado de ETA. Según las fuentes consultadas por este diario, el encuentro se celebró en el mismo lugar donde habían tenido lugar gran parte de las reuniones secretas entre PSE y Batasuna anteriores a la tregua: el caserío Txillarre, situado en la localidad guipuzcoana de Elgoibar.

El objetivo de Batasuna

Fuentes políticas apuntan a que el intento de Batasuna de volver a celebrar encuentros con los socialistas vascos se encuadra en una estrategia que pretende “demostrar a toda costa que el proceso no está roto pese a la bomba de Barajas. Por ello su insistencia en reunirse con todos”. De hecho, Otegi ya ha mantenido reuniones con dirigentes del PNV y el propio lehendakari, Juan José Ibarretxe. “Quieren dar apariencia de normalidad, como si todo estuviera igual que antes del 30 de diciembre, cuando celebraban encuentros con el resto de las formaciones de modo habitual”, añaden fuentes cercanas al Ejecutivo de Vitoria.