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PSOE y PP coinciden en que la manifestación del sábado hace ya insalvables sus diferencias
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PSOE y PP coinciden en que la manifestación del sábado hace ya insalvables sus diferencias

La fractura entre PSOE y PP se presenta como irreversible, a corto y medio plazo. Y hasta después de las elecciones autonómicas y municipales de mayo

La fractura entre PSOE y PP se presenta como irreversible, a corto y medio plazo. Y hasta después de las elecciones autonómicas y municipales de mayo no se conocerá la profundidad de la división y si ésta se puede solucionar con los actuales dirigentes que lideran ambos partidos, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Así lo reconocen en fuentes de ambas formaciones políticas, que añaden que, tras los comicios, se sabrá si es posible alcanzar acuerdos en los grandes asuntos de Estado como el terrorismo.

El fin de semana ahondó aún más en la división entre socialistas y populares. En Bilbao, la izquierda radical abertzale organizó ayer un peculiar acto de entrega-homenaje de 18 miembros de Jarrai que estaban huidos tras haber sido condenados por terrorismo. La ceremonia de entrega a la Ertzaintza, con los fugados despidiéndose de amigos -alguno con el macuto preparado- provocó aún más división entre los partidos mayoritarios. Porque aunque el PSE denunció el lamentable “numerito” y que ese mundo no tiene intención de hacer política respetando el Estado de Derecho, el PP vasco aprovechó para arremeter contra este partido y poner en evidencia la “burla” que supone ese desafío contra un Gobierno que, sostiene, se muestra débil ante los terroristas.

Una muestra de que la fractura alcanza proporciones inéditas hace un año ha sido la multidinaria manifestación del sábado en Madrid, convocada por el Foro de Ermua con el apoyo del PP, en contra de la negociación con ETA y la interpretación que realizó ayer el PSOE de la misma. El portavoz socialista en el Congreso, Diego López Garrido, acusó al PP de apropiarse de los símbolos de todos los españoles, porque en la protesta se exhibieron numerosas banderas de España y culminó con el himno nacional. La razón: hay una ley de 1997 que circunscribe el uso de estos símbolos a los actos donde asistan el Rey o el presidente, determinadas manifestaciones deportivas o los momentos en los que se representa "la unidad de todos". Y la protesta no fue un acto "unitario", según Garrido, de ahí que hable de “escandalosa” patrimonialización.

Si esa es la conclusión del PSOE y del Gobierno, este partido “no ha entendido nada”, interpretó el secretario general del PP, Ángel Acebes, porque lo que se demandaba era que no haya negociación con ETA. Al margen de las palabras que se pronuncian en público, en la sede del PP de la calle Génova reconocen que les está haciendo daño una línea adoptada por el PSOE tras el atentado de Barajas, basada en que Zapatero pone la otra mejilla -mientras ellos insisten en golpear al presidente con contundencia-, y se les responsabiliza a ellos de la ruptura de la unidad entre los partidos.

La gota que desborda el vaso

Dos socialistas pidieron ayer en público el regreso a la unidad entre PSOE y PP, pero con distinto tono. De un lado, Ramón Jáuregui calificó la manifestación de “una manipulación de la gente y sus sentimientos”, ya que es “radicalmente mentira” que Zapatero esté negociando con ETA. A su juicio, el autor de tal manipulación es el PP y lo ocurrido es “la gota que desbordó el vaso de la fractura” que existe “en la sociedad española, y sobre todo en el sistema de partidos, tras el atentado de Barajas”, lo que le produce “una sensación de enorme tristeza”, según sostuvo en la Cadena Ser.

Ahora bien, Jáuregui dejó la puerta abierta al final dialogado del terrorismo. “Todos los vascos y creo que la mayoría de los españoles", sentenció, saben que el final del terrorismo incluye, “por supuesto que la derrota de ETA y su desarticulación policial, pero también la necesidad de un final dialogado, sin precio político, porque la derrota policial de ETA, como dice el PP, no se va a producir si el derrotado no la admite”.

La fractura entre PSOE y PP se presenta como irreversible, a corto y medio plazo. Y hasta después de las elecciones autonómicas y municipales de mayo no se conocerá la profundidad de la división y si ésta se puede solucionar con los actuales dirigentes que lideran ambos partidos, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Así lo reconocen en fuentes de ambas formaciones políticas, que añaden que, tras los comicios, se sabrá si es posible alcanzar acuerdos en los grandes asuntos de Estado como el terrorismo.