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El día de los (presuntos) ‘mochileros’
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El día de los (presuntos) ‘mochileros’

El juez Javier Gómez Bermúdez ha conseguido imprimir al juicio por los atentados del 11-M un ritmo vivo que hace presagiar que la vista podrá darse

El juez Javier Gómez Bermúdez ha conseguido imprimir al juicio por los atentados del 11-M un ritmo vivo que hace presagiar que la vista podrá darse por concluida, como él y los otros dos miembros del Tribunal han previsto, en cinco meses. Gracias a esta marcha, con la sesión de mañana y tarde del jueves con la que se inició y la media jornada del viernes, ha tenido suficiente para hacer pasar por el estrado a los tres presuntos cerebros y organizadores de la trama: Youssef Belhadj, Hassan El Haski y Rabei Osman, aunque este último volverá a hacerlo el próximo lunes 26 de febrero, después de que su defensa revise la traducción de la grabación que se ha convertido en la principal prueba de cargo contra él.

El viernes, incluso, dio tiempo a que iniciase su declaración Jamal Zougam, uno de los tres únicos presuntos autores materiales de la matanza que son juzgados estos días por la Audiencia Nacional -otros siete se suicidaron en Leganés y, al menos, otros dos más permanecen en paradero desconocido, con grandes sospechas de que uno de éstos se inmoló en Iraq-. Tras él, irán el sirio Basel Ghalyoun y Abdelmajid Bouchar, ambos acusados de ser mochileros aquel 11 de marzo de 2004.

Hoy se pondrá sobre la mesa el principal argumento de la defensa del primero, ya adelantada precipitadamente por el propio Jamal Zougam el viernes: las supuestas contradicciones de los testigos que aseguran haberle visto aquella mañana depositando dos bolsas con los artefactos en sendos trenes. Esa ansiedad es, precisamente, uno de sus talones de Aquiles. Se sabe el sumario tan de memoria que sus respuestas suenan tan preparadas al dictado que pierden credibilidad. Además, las suelta independientemente de la pregunta que le hayan hecho.

Por fortuna para él, hasta ahora se ha enfrentado a unos abogados de la acusación que en ningún momento le han puesto en aprietos y que le han dado pie a ironías y risitas. De hecho, tras lo visto en las dos primeras jornadas de juicios, está claro que pocos togados parecen haber hecho los deberes antes del inicio del juicio. Incluso alguno, a la vista de la facilidad con la que se adhiere a las preguntas del resto y no hace ninguna propia, parece que ha ido simplemente de oyente. Las defensas tampoco están siendo muy lucidas y, alguna en concreto, la de Rabei Osman, Mohamed El Egipcio, ya ha visto como era zarandeado por el Tribunal por el sin sentido de muchas de sus intervenciones.

Las preguntas de la defensa

Precisamente, a Zougam le espera este lunes el interrogatorio de su abogado. Se llama José Luis Abascal y ha mostrado cierto estilo marrullero hasta ahora. Nada más comenzar el jueves la vista, pidió al Tribunal que no retransmitiera en directo el juicio. Bermúdez, fiel a un estilo que seguro que va a marcar escuela, le mandó callar con cajas destempladas. El viernes lo hizo otra vez cuando se quejó de que no terminaba la sesión a las dos de la tarde. Tendría prisa por irse a comer.

El juez Javier Gómez Bermúdez ha conseguido imprimir al juicio por los atentados del 11-M un ritmo vivo que hace presagiar que la vista podrá darse por concluida, como él y los otros dos miembros del Tribunal han previsto, en cinco meses. Gracias a esta marcha, con la sesión de mañana y tarde del jueves con la que se inició y la media jornada del viernes, ha tenido suficiente para hacer pasar por el estrado a los tres presuntos cerebros y organizadores de la trama: Youssef Belhadj, Hassan El Haski y Rabei Osman, aunque este último volverá a hacerlo el próximo lunes 26 de febrero, después de que su defensa revise la traducción de la grabación que se ha convertido en la principal prueba de cargo contra él.