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Críticas internas del PSOE a Zapatero y del PP a Rajoy por el ‘planchazo’ del Estatuto andaluz
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Críticas internas del PSOE a Zapatero y del PP a Rajoy por el ‘planchazo’ del Estatuto andaluz

En una palabra: la responsabilidad es del otro. Más o menos ésa es la conclusión de la dirección del PSOE y del PP respecto a las

Foto: Críticas internas del PSOE a Zapatero y del PP a Rajoy por el ‘planchazo’ del Estatuto andaluz
Críticas internas del PSOE a Zapatero y del PP a Rajoy por el ‘planchazo’ del Estatuto andaluz

En una palabra: la responsabilidad es del otro. Más o menos ésa es la conclusión de la dirección del PSOE y del PP respecto a las causas de la elevada abstención registrada el domingo por el Estatuto de Andalucía, aprobado en referéndum aunque sólo contó con la participación del 36% del electorado andaluz, frente al 57% que obtuvo en 1981 la norma hasta ahora en vigor.

Una vez dedicada la mañana de ayer a analizar lo ocurrido en Andalucía, los mensajes públicos de ambos partidos fueron los siguientes. El PSOE sostuvo que la elevada abstención se debió a que la campaña careció de “tensión política” y los andaluces se relajaron porque estaban convencidos de que iba a prosperar el ‘sí’. La dirección socialista pasó la pelota de la responsabilidad al PP: por oponerse primero a la reforma, luego aceptarla “a regañadientes” y porque “sus barrios, los barrios del PP”, aclaran fuentes del PSOE, votaron de forma “mayoritaria” en contra del Estatuto.

La dirección popular devolvió la pelota al PSOE: la elevada abstención es un fracaso “personal” del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, quien fijó dos objetivos prioritarios en su legislatura: la reforma territorial y “la negociación” con ETA. A juicio de esta formación, las reformas estatutarias “no interesan a nadie”, porque lo que interesa y preocupa de verdad a los españoles son el desempleo, la seguridad, la vivienda, las hipotecas y la inmigración. Ahora bien, el Estatuto andaluz contaba con el apoyo de ambos partidos, aunque los socialistas gobiernan esa comunidad autónoma.

El PP cerró filas en torno a su líder, Mariano Rajoy. En la reunión de maitines -el núcleo de confianza del presidente-, nadie pronunció ni una sola voz crítica en contra de la decisión del partido de apoyar la reforma del Estatuto de Andalucía, lo que supuso todo un giro respecto a la estrategia adoptada hasta entonces con las reformas territoriales, en especial con la oposición frontal al Estatuto de Cataluña.

Michavila y Trillo toman la palabra

Sólo dos personas tomaron la palabra en el encuentro, los ex ministros José María Michavila y Federico Trillo. Ambos, para hacer un balance del “éxito”, resaltar “el acierto” que había tenido el partido para evitar la división de los andaluces e incidir en que no se habían equivocado de estrategia.

Los demás callaron, incluida la única persona que se había pronunciado en público contra este apoyo a la reforma andaluza, el portavoz en el Congreso. Eduardo Zaplana ni siquiera habló en privado a este respecto, sabedor de que serían utilizadas por el PSOE en contra del partido. Otros dirigentes que no estaban de acuerdo en apoyar el Estatuto andaluz también optaron ayer por el silencio, como son Esperanza Aguirre, Jaime Mayor Oreja o el asesor Carlos Aragonés.

Sin embargo, algunas fuentes del PP reconocen que el resultado supone un castigo político para Arenas por parte de un electorado popular desencantado con la trayectoria de esta formación en Andalucía. Y critican a Rajoy por la estrategia emprendida. “Ha sido un error de bulto. La gente no quería esto y nosotros nos hemos equivocado”, reconoce un diputado. Otro añadía, también en privado, que en la dirección del PP ha habido “miedo, falta de ganas de pelea. Hoy [por ayer] podríamos estar celebrando el fracaso de Zapatero y nos tenemos que callar; nos hemos automutilado”.

Cultura ‘de la satisfacción’

En una palabra: la responsabilidad es del otro. Más o menos ésa es la conclusión de la dirección del PSOE y del PP respecto a las causas de la elevada abstención registrada el domingo por el Estatuto de Andalucía, aprobado en referéndum aunque sólo contó con la participación del 36% del electorado andaluz, frente al 57% que obtuvo en 1981 la norma hasta ahora en vigor.