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¡Qué peligrosas son las ex novias!
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¡Qué peligrosas son las ex novias!

Nueva sobredosis de buenismo. Mouhannad Almallah Dabas, el presunto integrante de la trama del 11-M que se afilió al PSOE tras los atentados, ha intentado demostrar

Nueva sobredosis de buenismo. Mouhannad Almallah Dabas, el presunto integrante de la trama del 11-M que se afilió al PSOE tras los atentados, ha intentado demostrar durante su declaración ante el Tribunal que todos sus males son fruto de los amores. O, mejor dicho, de los desamores. Cuando la fiscal y los abogados le acosaban con preguntas sobre sus peligrosas relaciones con muchos de los integrantes de las tramas o las supuestas manifestaciones de apoyo a la yihad que hacía en privado, Mouhannad Almallah lo negó todo y aseguró que la mayor parte eran “fabulaciones” de su ex novia, a la que calificó de “enemiga” que sólo quería que le hiciera un hijo.

Trajeado, con camisa y corbata amarilla, el sirio nacionalizado español admitió, no obstante, conocer a muchos de los miembros de la célula terrorista. A algunos de sus visitas a las mezquitas. A otros, por su profesión: reparador de electrodomésticos. Así, fue a la casa de Amer Azizi, uno de los supuestos jefes de Al Qaeda en España, para arreglarle la lavadora. A la de Abu Dahdah, condenado por la Operación Dátil como dirigente de la red de Bin Laden, para lo mismo. “Mi trabajo me obliga a tener más contacto con la gente. Todo el mundo tiene mi teléfono”, aseguró. ¿Y por qué tenía en su poder temporizadores? De nuevo se escudó en el trabajo: los necesitaba para arreglar lavadoras.

Al menos reconoció que uno de sus conocidos, Serhane El Tunecino, era “un señor violento”, que en alguna ocasión le había dado muestras de su radicalismo religioso y que le había propuesto ir a la guerra de Iraq. “Vete tú, a mi no me interesa”, asegura que le contestó antes de afirmar que una vez que “intentó sacar estos temas yo me he enfadado con él”. Mouhannad Almallah insistió en varias ocasiones en su rechazo a la violencia integrista y negó en todo momento que el local que tenía en Madrid -y donde se alojaban Basel Ghalyoun, Fouad El Morabit y el suicidado Rifaat Anouar- sirviera para visionar vídeos yihadistas con su consentimiento. Cuando le interrogaron por los CD de contenido religioso encontrados en su casa, aseguró que “también tengo películas porno. Soy coleccionista”.

Mouhannad Almallah justificó su afiliación al PSOE tras la masacre de Madrid como fruto de una “costumbre antigua” de su familia que en su tierra natal había pertenecido desde hacía más de 30 años al partido socialista de Siria. Incluso aseguró que en las últimas elecciones había dado “varias veces mi voto” a la formación de José Luis Rodríguez Zapatero.

También ha demostrado ser una persona preocupada por el ahorro. Al igual que otro de los acusados, Basel Ghalyoun, que no dudó en recorrer medio Madrid para comprar una funda para el móvil en la tienda que regentaba Jamal Zougam, él también hizo ese periplo para adquirir un cargador. E, incluso, insistió que se fue a Valladolid a tomar un avión con rumbo a Londres, donde vive su hermano, porque le salía mucho más barato que volando desde Barajas. ¿Aprovechó el viaje a la capital británica para ver allí a Abu Qutada, considerado el líder religioso de Al Qaeda en Europa? Lo negó, como negó que él se encargara de recaudar dinero y reclutar activista para la yihad. Todo son “fabulaciones” de su antigua compañera. ¡Qué peligrosas son la ex novias!.

Nueva sobredosis de buenismo. Mouhannad Almallah Dabas, el presunto integrante de la trama del 11-M que se afilió al PSOE tras los atentados, ha intentado demostrar durante su declaración ante el Tribunal que todos sus males son fruto de los amores. O, mejor dicho, de los desamores. Cuando la fiscal y los abogados le acosaban con preguntas sobre sus peligrosas relaciones con muchos de los integrantes de las tramas o las supuestas manifestaciones de apoyo a la yihad que hacía en privado, Mouhannad Almallah lo negó todo y aseguró que la mayor parte eran “fabulaciones” de su ex novia, a la que calificó de “enemiga” que sólo quería que le hiciera un hijo.