Es noticia
La base socialista se fractura por la vuelta a casa de De Juana, pero nadie se atreve a discrepar en público
  1. España

La base socialista se fractura por la vuelta a casa de De Juana, pero nadie se atreve a discrepar en público

Los militantes se dividen y la cúpula cierra filas. En el caso del etarra José Ignacio de Juana Chaos, la base social del PSOE se comporta

Foto: La base socialista se fractura por la vuelta a casa de De Juana, pero nadie se atreve a discrepar en público
La base socialista se fractura por la vuelta a casa de De Juana, pero nadie se atreve a discrepar en público

Los militantes se dividen y la cúpula cierra filas. En el caso del etarra José Ignacio de Juana Chaos, la base social del PSOE se comporta con la misma división que el resto de los españoles, según se desprende de las encuestas y de las conversaciones mantenidas. Pero la dirección del partido ha reaccionado como todo aparato que olfatea el peligro: unanimidad en torno al líder y ni siquiera mencionar la palabra debate, aunque sea la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero más controvertida de la legislatura. La propia vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, lo admite: "Genera incertidumbre entre los ciudadanos y es difícil de entender".

Todos a una, el Comité Federal del PSOE del pasado sábado cerró con una ovación su apoyo a la actuación del presidente del Gobierno en este caso. Hecho insólito ya que, desde los tiempos del fundador, Pablo Iglesias, en la cultura socialista hay dos máximas no escritas que se cumplen en las reuniones internas: "En el partido no se vota en contra y en el partido no se aplaude, se debate". Pero todos quisieron arropar al líder -y a su propia supervivencia política-, mientras que las voces críticas, cada vez menos, se callaron. "No era el momento", responde uno de esos dirigentes discrepantes sotto voce al ser preguntado por la razón de su silencio.

Otro dirigente, favorable a la medida, reconoce su preocupación porque "no estamos explicando bien las razones" por las que se concedió la prisión en segundo grado, en régimen abierto, al terrorista. Son "cuestiones técnicas difíciles de transmitir". Este mismo dirigente opina que los populares aprovechan ese vacío en sus ataques "cuando saben que hay cosas que no se pueden contar".

El fantasma de De Juana ecilpsó el Comité Federal, convocado de forma extraordinaria para aprobar el programa municipal y autonómico. Era tal el peso de esta 'presencia', que sólo hubo una voz discrepante... para denunciar el concordato con la Santa Sede.

Los dirigentes históricos callan, aunque hace tiempo que algunos han dado a Zapatero por perdido, en especial con la gestión del atentado del 30 de diciembre, cuando a sus ojos demostró que no tenía plan alternativo. Ahora bien, el ex presidente Felipe González salió el sábado en defensa de su sucesor al asegurar que él hubiera hecho lo mismo. Aunque obvia que ya estuvo en su lugar e hizo lo contrario: no cedió y un miembro de los Grapo falleció.

"Me siento avergonzado", confiesa un ex dirigente socialista en privado al comentar la decisión del Gobierno sobre De Juana. "Zapatero ha cedido al chantaje y los que organizamos el tinglado socialista nos sentimos responsables de los que vienen detrás", confiesa para añadir: "Conozco a alguno que aplaudió el sábado que se sentirá igual que yo ahora, avergonzado, irritado y hablando mal de Zapatero. Pero ya se guardará de expresarlo en público".

El hecho objetivo es que la cúpula dio su pleno apoyo al presidente del Gobierno y aprobó por unanimidad una declaración política en la que acusa a Mariano Rajoy de utilizar "la más indecente y soez demagogia" en este asunto. Los dirigentes socialistas dicen sentirse "orgullosos de un Gobierno que considera que la vida es el bien fundamental que debe ser preservado por el Estado y las instituciones por encima de cualquier otra consideración". Y acusan al PP de ser la única organización política que, en los últimos 30 años, ha negado su apoyo al Gobierno en su política antiterrorista.

Los militantes se dividen y la cúpula cierra filas. En el caso del etarra José Ignacio de Juana Chaos, la base social del PSOE se comporta con la misma división que el resto de los españoles, según se desprende de las encuestas y de las conversaciones mantenidas. Pero la dirección del partido ha reaccionado como todo aparato que olfatea el peligro: unanimidad en torno al líder y ni siquiera mencionar la palabra debate, aunque sea la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero más controvertida de la legislatura. La propia vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, lo admite: "Genera incertidumbre entre los ciudadanos y es difícil de entender".