Los reclusos desisten: ya sólo quedan seis presos comunes en huelga de hambre por el caso De Juana

Las cárceles españolas vuelven a su cauce. Después de que una oleada de reclusos anunciara su intención de ponerse en huelga de hambre para protestar por el caso de Juana Chaos, la mayoría de los presos está desistiendo de su intento. Ayer, sin ir más lejos, en la prisión de Badajoz, tres reclusas comunes comunicaron por escrito a la dirección del centro su intención de iniciar un ayuno para reclamar los mismos “privilegios” que en su opinión reciben los reclusos de ETA. Hoy, sin que hayan pasado siquiera 24 horas, han decidido dar por concluida esta mini-huelga de hambre.

Además de estas reclusas, otros siete presos habían anunciado en los últimos días su intención de sumarse a este tipo de medidas: tres internos de la cárcel de Segovia -dos de ellos ligados a grupos de extrema derecha-, otro de la prisión de Castellón y otros tres de la cárcel coruñesa de Teixeiro. Pues bien, el de Castellón, también ha decidido dar por concluida su tentativa.

Algo similar sucedió con un grupo de diez reclusos preventivos por tráfico de drogas de la prisión almeriense de El Acebuche, que el pasado viernes anunciaron a su abogado su intención de iniciar una huelga de hambre para ser tratados igual que De Juana. Ayer mismo, cuando aún no la habían comenzado, comunicaron finalmente que desistían de emprenderla.

Medida de presión habitual

Desde que el Gobierno anunciara la concesión de la prisión atenuada por motivos “humanitarios” al preso de ETA, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha registrado un goteo continuo de amagos de inicio de huelgas de hambre en protesta por la polémica decisión. “Las huelgas de hambre son una medida de presión habitual en nuestras cárceles que nunca han ido más allá de unos días”, reconocen a este diario desde Instituciones Penitenciarios para restar importancia a los otros ayunos que se han iniciado tras el traslado del etarra De Juana a un hospital de San Sebastián. La propia directora general, Mercedes Gallizo, negaba ayer en una entrevista en televisión que se hubiera producido un “efecto contagio” en las prisiones por este caso.

La huelga de hambre fallida que iniciaron las reclusas de Badajoz tenía como objetivo emular a Iñaki de Juana Chaos y “facilitar” al Gobierno su excarcelación. Las internas añadían, además, un nuevo motivo a su protesta: exigían que se acabaran con los supuestos beneficios que supuestamente recibe en su propio centro penitenciario la también etarra Idoia López Riaño, Tigresa, a la que, pese a estar clasificada en primer grado, aseguran que se le permite disfrutar de algunas ventajas del segundo grado, entre ellas más horas de patio.