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“Me gustaba la política antiterrorista del PP; hicieron cosas que nosotros no pudimos abordar”
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“Me gustaba la política antiterrorista del PP; hicieron cosas que nosotros no pudimos abordar”

A Rafael Vera (Madrid, 1945) le separaban 19 puertas de la calle. Y así se titula su libro -Las 19 puertas (Espejo de Tinta)- que presenta

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“Me gustaba la política antiterrorista del PP; hicieron cosas que nosotros no pudimos abordar”

A Rafael Vera (Madrid, 1945) le separaban 19 puertas de la calle. Y así se titula su libro -Las 19 puertas (Espejo de Tinta)- que presenta esta tarde en un hotel madrileño acompañado de Felipe González, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y María Antonia Iglesias. Sus sonidos metálicos se le han quedado en la memoria, “una sensación desagradable”, pero también simbolizan su regreso a la libertad tras pasar dos años en la cárcel por malversación de fondos reservados y participar en el secuestro de Segundo Marey, reivindicado por los GAL. Si algo tiene este ex secretario de Estado de Seguridad es perspectiva respecto a ETA: negociador en Argel en 1988, y vinculado a la seguridad del Estado entre 1982 y 1994, reconoce que la mejor política antiterrorista fue la del Gobierno de José María Aznar. Porque ilegalizó a Herri Batasuna.

Pregunta. Narra asesinatos, reuniones en su etapa al frente de la Seguridad del Estado…

Respuesta. No son memorias propiamente dichas. No soy Rafael Vera, sino el personaje Ramón Vega, quien relata mi vida familiar y política, las desatenciones a su mujer y a sus hijos por culpa de las responsabilidades que tenía, salteada de las vivencias y emociones que he tenido dentro de la prisión. Son saltos del pasado al presente, sucesivos recuerdos de una situación como esta que considero profundamente injusta. He tratado de encontrar dónde estuvieron los errores…

P. Las traiciones, mejor ¿no? Por el ‘caso GAL’ o los fondos reservados…

R. Los fallos, por ser más suave en el término. Al final llegas a la conclusión de que el factor más débil es el humano. Y el libro se convierte en un conjunto de emociones, penas y amarguras de mi vida política. Tengo mucho respeto a las personas, aunque en circunstancias difíciles te fallen. Fue un tsunami político-mediático y judicial imparable y muchas personas, situadas por encima y por debajo de mí, se alejaron para que no les cogiera la ola. Los efectos se llevaron a ex ministros pero, al final, el que se ha quedado como referencia he sido yo. Y con efectos colaterales, como implicarme, de manera muy confusa y muy sucia, en el 11-M, ese famoso invento de la conspiración creado por deseo de venganza de un director de periódico.

P. ¿Qué personajes hay en el libro?

R. Son fácilmente reconocibles. Félix Gutiérrez, Blas Gómez, José Ángel Belloso y Porfirio Jacinto Rodríguez.

P. Felipe González, Baltasar Garzón, Juan Alberto Belloch y Pedro J. Ramírez. Vaya nombre ha elegido, ese de Porfirio.

R. Sí, me pareció muy ajustado. Tiene nombre de dictadorzuelo centroamericano; dirige ‘El Universal’. Aquellos años, los de mi paso en Interior, me provocan un montón de emociones. Estábamos sumidos en la tragedia y la pena, en el peligro y en el riesgo: entierros diarios, cinco o seis grupos terroristas, amenazas golpistas… El barómetro de la preocupación y de la amenaza eran los cinco teléfonos que tenía en la cabecera de mi cama. Cada noche tenía una media de siete u ocho llamadas. La convulsión fue brutal en la década de los años 80, pero en los 90 bajaron las llamadas: habíamos pasado la transición.

P. ¿Describe el trato que les dispensaban los gobiernos franceses sobre ETA?

A Rafael Vera (Madrid, 1945) le separaban 19 puertas de la calle. Y así se titula su libro -Las 19 puertas (Espejo de Tinta)- que presenta esta tarde en un hotel madrileño acompañado de Felipe González, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y María Antonia Iglesias. Sus sonidos metálicos se le han quedado en la memoria, “una sensación desagradable”, pero también simbolizan su regreso a la libertad tras pasar dos años en la cárcel por malversación de fondos reservados y participar en el secuestro de Segundo Marey, reivindicado por los GAL. Si algo tiene este ex secretario de Estado de Seguridad es perspectiva respecto a ETA: negociador en Argel en 1988, y vinculado a la seguridad del Estado entre 1982 y 1994, reconoce que la mejor política antiterrorista fue la del Gobierno de José María Aznar. Porque ilegalizó a Herri Batasuna.