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El “señor De Juana” llegó al Congreso
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El “señor De Juana” llegó al Congreso

Cuenta en su página web el colectivo Basta Ya que al etarra Iñaki de Juana Chaos le han registrado en el Hospital Donostia de San Sebastián

Cuenta en su página web el colectivo Basta Ya que al etarra Iñaki de Juana Chaos le han registrado en el Hospital Donostia de San Sebastián con un nombre falso. Juan Samaniego Gómez se llama ahora el enfermo que ocupa la habitación 423 del centro sanitario. Curiosa deferencia con un terrorista que ayer mismo veía cómo su nombre real era pronunciado hasta la saciedad en el Congreso de los Diputados. Lo fue, sobre todo, en la sesión de la Comisión de Interior donde el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba explicó con pelos y señales las políticas penitenciarias de éste y de anteriores gobiernos y en la que, fruto de la educación parlamentaria o de lapsus, el terrorista fue mencionado nada más y nada menos que en dieciséis ocasiones como el “señor De Juana”.

El primero que lo hizo fue, precisamente, el titular de Interior, quien utilizó este tratamiento de cortesía cuando se refería a los beneficios penitenciarios que los gobiernos del PP le habían concedido por escribir un libro que “es una continua alabanza a ETA y sus postulados políticos”. Rubalcaba volvió a referirse en otras cuatro ocasiones al terrorista como el “señor De Juana”. No fue el único e, incluso, hay quien le superó en educación. Emilio Olabarría, diputado del PNV, se refirió siete veces al miembro de ETA utilizando esa fórmula. El parlamentario del BNG Francisco Rodríguez lo hizo tres veces. Y, hasta Eduardo Zaplana, diputado del PP, cayó en el lapsus y lo hizo en una ocasión. Todo un alarde de urbanidad con el etarra, cuya huelga de hambre ha terminado de dar la puntilla a la ya moribunda unidad en la lucha antiterrorista de los dos principales partidos de este país.

Estos lapsus del ministro del Interior fueron, posiblemente, de los pocos lunares de su intervención parlamentaria de ayer, donde pasó como una apisonadora por encima del portavoz de la oposición. A Zaplana, de hecho, sólo le quedó el manido pataleo de recordar el GAL mientras un diputado del gallinero pepero le hacía los coros vociferando de vez en cuando lo de “cal viva” al mismo tiempo que disimulaba leyendo La Vanguardia. Un triunfo en toda regla en una sesión de la Comisión de Interior que registró un pleno de público entre parlamentarios y periodistas como no se recordaba desde la Comisión de Investigación del 11-M. El propio Rubalcaba se hizo acompañar de sus colaboradores más estrechos en el Ministerio. Allí estaba su número dos, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho. Y la directora General de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. Y su jefe de Gabinete, Gregorio Martínez. Sonrientes todos al principio... y al final.

Tan sobrado estuvo el político cántabro en sus tres exposiciones que se permitió el lujo de no gastar toda la munición. Hasta en tres ocasiones avisó de que en el futuro puede sacar casos más escandalosos que el del “señor De Juana”. Casos que, aseguró, ha encontrado al revisar con detalle los papeles que dejó el PP en ese “caos” que era Instituciones Penitencias cuando abandonó el poder. Quizá fuera un farol, pero no lo pareció a la vista de la cantidad de datos que manejó, tanto numéricos como con nombres y apellidos. Habló de 195 acercamientos de presos durante los ocho años de Gobierno Aznar. De 85 progresiones de etarras al régimen de semilibertad del tercer grado. De 292 excarcelaciones. De 21 libertades condicionales por razones de enfermedad. De 62 reclusos de ETA a los que les aplicaron importantes reducciones de condena por redenciones extraordinarias.

Cuenta en su página web el colectivo Basta Ya que al etarra Iñaki de Juana Chaos le han registrado en el Hospital Donostia de San Sebastián con un nombre falso. Juan Samaniego Gómez se llama ahora el enfermo que ocupa la habitación 423 del centro sanitario. Curiosa deferencia con un terrorista que ayer mismo veía cómo su nombre real era pronunciado hasta la saciedad en el Congreso de los Diputados. Lo fue, sobre todo, en la sesión de la Comisión de Interior donde el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba explicó con pelos y señales las políticas penitenciarias de éste y de anteriores gobiernos y en la que, fruto de la educación parlamentaria o de lapsus, el terrorista fue mencionado nada más y nada menos que en dieciséis ocasiones como el “señor De Juana”.