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Magdalena Álvarez, en la cuerda floja: los partidos catalanes y el PP activan la cuenta atrás para su reprobación
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Magdalena Álvarez, en la cuerda floja: los partidos catalanes y el PP activan la cuenta atrás para su reprobación

Tanto va el cántaro a la fuente… La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, la misma que dinamitó el pacto del Estatuto catalán sobre el aeropuerto de

Foto: Magdalena Álvarez, en la cuerda floja: los partidos catalanes y el PP activan la cuenta atrás para su reprobación
Magdalena Álvarez, en la cuerda floja: los partidos catalanes y el PP activan la cuenta atrás para su reprobación

Tanto va el cántaro a la fuente… La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, la misma que dinamitó el pacto del Estatuto catalán sobre el aeropuerto de El Prat (Barcelona), está en la cuerda floja: en el Congreso ha perdido la confianza de IU-ICV, CiU, ERC, lo que, sumado al Grupo Popular, implica que empieza a carecer de mayoría suficiente para seguir adelante en el Gobierno.

“No descarto que prospere en algún momento una censura contra ella en el Congreso o se bloqueen sus iniciativas”, reconoce una fuente política catalana. Si este sentir se materializara, quedaría patente que Álvarez no cuenta con los apoyos necesarios para seguir en el cargo. Sólo con los votos de los partidos discrepantes con la ministra, incluido el PP, suman 171 diputados, de los 176 que se necesita para lograr la mayoría absoluta. Y las fuentes dan por seguro que se sumarían los siete diputados del PNV, sin descartar también a Coalición Canaria (tres) y Grupo mixto (cinco votos).

Hay precedentes en la democracia. Es el caso de Esperanza Aguirre, que dejó el cargo de ministra de Educación tras ser contestada por su famoso decreto de Humanidades, o el de Miguel Ángel Rodríguez, cesado como secretario de Estado de Comunicación tras desplegar una cadena de hostilidades hacia los asuntos catalanes.

El cántaro de Mandalena, así la llaman, se ha ido llenando de la crisis del aeropuerto de Barcelona de este verano –la huelga salvaje de los empleados del handling-, de la de los ferrocarriles de Cataluña en septiembre, de los frenos que pone para llegar a un acuerdo sobre la gestión del Prat…Y de su personalidad.

El carácter que desplegó en el debate de la semana pasada sobre la situación de los trenes de Cercanías catalanes llegó a tal punto que el diputado de ERC, Joan Tardá, pidió hasta tres veces su dimisión. Mientras, Joan Herrera, ICV, reclamó que asumiera responsabilidades políticas, al estar hastiado de la falta de inversiones en estos trenes o los incidentes registrados con ellos (93 en lo que va de año), que causan retrasos laborales. Jordi Jané (CiU) insinuó la dimisión, pero con seny: pidió que se asuman las responsabilidades y, si nadie dimite en su departamento, entonces tendrá que asumirlas ella misma. Jorge Fernández (PP) exigió también responsabilidades políticas.

Álvarez les replicó que era consciente de que, si pudieran, ellos no la habrían elegido ministra, pero ella tampoco les habría elegido a ellos. La diferencia está en que los que le preguntaban eran parlamentarios y ella está designada por José Luis Rodríguez Zapatero. Hasta diputados del PSOE critican en privado su carácter.

La ministra tiene sobre su cabeza una Espada de Damocles: ICV presentó tras el debate una interpelación que, si quisiera, podría derivar en una reprobación en toda regla. Esta iniciativa no ha podido ser tratada porque Álvarez está de viaje en el extranjero, pero le espera a su regreso. Por si fuera poco, el Parlamento catalán debate hoy una moción de reprobación contra ella que ha presentado CiU. Y el PP ha interpuesto una proposición no de ley donde pide su dimisión.

Su crédito se acaba el 16 de abril

Tanto va el cántaro a la fuente… La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, la misma que dinamitó el pacto del Estatuto catalán sobre el aeropuerto de El Prat (Barcelona), está en la cuerda floja: en el Congreso ha perdido la confianza de IU-ICV, CiU, ERC, lo que, sumado al Grupo Popular, implica que empieza a carecer de mayoría suficiente para seguir adelante en el Gobierno.