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El desarticulado ‘comando Donosti’ tenía datos sobre vehículos de ertzainas y otras posibles víctimas
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El desarticulado ‘comando Donosti’ tenía datos sobre vehículos de ertzainas y otras posibles víctimas

“No tenemos datos para pensar en un atentado inminente”. El Ministerio del Interior insistía ayer, por boca del número dos de departamento, Antonio Camacho, que el

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El desarticulado ‘comando Donosti’ tenía datos sobre vehículos de ertzainas y otras posibles víctimas

“No tenemos datos para pensar en un atentado inminente”. El Ministerio del Interior insistía ayer, por boca del número dos de departamento, Antonio Camacho, que el comando Donosti desarticulado por la Guardia Civil el pasado miércoles en diferentes localidades del País Vasco y Navarra, no tenía lista ninguna acción.

Sin embargo, según fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por El Confidencial, los etarras ahora detenidos ya habían comenzado a recabar datos sobre los movimientos de los vehículos de varias de sus víctimas potenciales. Entre ellos, agentes de la Ertzaintza. “Aún estaban deslavazados, pero en algún caso ya se recogía el horario de llegada y salida de algunos automóviles concretos”, añaden estas fuentes.

Precisamente, entre el material incautado a los terroristas, los agentes de la Benemérita se incautaron de los componentes necesarios para fabricar bombas lapa, como tarteras, empleadas como recipientes para los artefactos, y una cápsula de mercurio, utilizada para activarlas en el preciso momento en el que el automóvil se pone en movimiento. Junto a todo ello, se encontraron también once paquetes de nitrato de 1,7 kilos cada uno, cuatro kilos de clorato y una cantidad indeterminada de clorato, azufre y azúcar glass -todos ellos ingredientes para la fabricación aproximadamente 30 kilos de cloratita-, así como 600 gramos de pentrita, un potente explosivo que sirve para reforzar las bombas. Los miembros del comando tenían, incluso, temporizadores capaces de retardar un año la activación de un artefacto.

Además, la Cadena Ser aseguraba ayer que uno de los detenidos había alquilado una vivienda en el barrio donostiarra de Ondarreta, a muy poca distancia de la principal comisaría de la Ertzaintza en la capital guipuzcoana, lo que refuerza las sospechas de que algunos de los futuros objetivos del comando podían ser agentes de este cuerpo. Según esta emisora, la persona que lo habitaba no salía del inmueble y se sospecha que hacía labores de seguimiento para recopilar información para ETA de los movimientos de agentes.

Los datos no invitan al optimismo

El propio consejero de Interior, Javier Balza, aseguraba ayer públicamente que había puesto en máxima alerta a la Policía Autónoma vasca. Fuentes del Gobierno vasco indicaban poco después a este diario que Balza les había comentado en privado que, a pesar de contar con pocos datos sobre los planes a corto plazo del comando, los que había “invitan al pesimismo”. De hecho, Vitoria ya alertó hace algún tiempo a ertzainas, funcionarios de prisiones y jueces para que extremaran sus medidas de autoprotección ante el temor de un atentado de la banda armada.

Fuentes de la lucha antiterrorista recuerdan a este diario que desde hace tiempo insisten en los análisis que remiten al Ministerio del Interior que ETA podría reanudar los atentados incluso antes de las elecciones municipales y forales del próximo mes de mayo si ve que la izquierda abertzale no consigue colar candidaturas. Estas mismas fuentes creen, sin embargo, que en esta ocasión la banda armada haría público previamente un comunicado para anunciar la definitiva ruptura del “alto el fuego permanente”.

“No tenemos datos para pensar en un atentado inminente”. El Ministerio del Interior insistía ayer, por boca del número dos de departamento, Antonio Camacho, que el comando Donosti desarticulado por la Guardia Civil el pasado miércoles en diferentes localidades del País Vasco y Navarra, no tenía lista ninguna acción.