Pelea entre Magdalena Alvarez y Esperanza Aguirre por ver quién inaugura antes el Metro hasta la T-4

Quedan veinticuatro días para las elecciones municipales y autonómicas y la guerra por Madrid, en la que los principales partidos políticos se han enfrascado, ya tiene un nuevo campo de batalla: la prolongación de la línea 8 de Metro hasta la T4 del aeropuerto de Barajas.

Oficialmente, la ampliación del suburbano entrará en funcionamiento este jueves por la tarde, después de que Esperanza Aguirre y su equipo realicen el ya tradicional viaje en el primer vagón que llegue hasta las nuevas instalaciones. Sin embargo, ayer por la tarde la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, esfectuó una visita a la estación acompañada de los candidatos del PSOE a la comunidad autónoma y al Ayuntamiento de la capital, Rafael Simancas y Miguel Sebastián, respectivamente.

El cruce de acusaciones, tan característico cuando se trata de la inauguración de infraestructuras, comenzó el martes cuando fuentes del Ministerio de Fomento aseguraron a los medios de comunicación que la temprana visita de Álvarez a la parada del suburbano se debe a que la presidenta de la Comunidad no le había cursado invitación alguna “a pesar de que AENA ha construido la nueva estación”.

El gabinete Aguirre no tardó en responder por boca de la titular de Transportes, Elvira Rodríguez, quien calificó de “esperpento” la visita de la ministra: “Dado que no pueden visitar obras que haya hecho el Gobierno de Zapatero por Madrid, tienen que visitar deprisa y corriendo las nuestras”, remachó. Este mismo miércoles, el consejero de la Presidencia de Aguirre, Francisco Granados, ha calificado de “pillada” y considerado “absurdo y ridículo” el comportamiento de Álvarez.

Estación sin túnel

La pelea por la inauguración de esta ampliación del Metro ha durado tanto tiempo como la construcción de la nueva terminal. En el proyecto de edificación de la T4 puesto en marcha cuando Francisco Álvarez Cascos era ministro de Fomento ya se incluía una partida para la construcción de una estación de Metro y otra para los trenes de cercanías. Ambas fueron realizadas por el Gobierno Central a la vez que el resto del proyecto de los arquitectos Richard Rogers y Antonio Lamela, pero ninguna se pudo inaugurar cuando la terminal entró en funcionamiento. A la de Metro ya le ha llegado el momento de comenzar a recibir convoyes, pero para que puedan llegar los trenes de cercanías hasta la T4 habrá que esperar hasta 2014.

Lo que nunca se llegó a estipular cuando se proyectó el aeropuerto fue la construcción del túnel que debía conectar la nueva parada con la red ya existente, y aquí comenzaron los conflictos. Tanto el ministerio, en manos del PSOE, como la Comunidad de Madrid, con Aguirre a la cabeza, consideraban que la obra correspondía a la otra administración. Cuando Magdalena Álvarez afirmaba, en febrero de 2006, que Alberto Ruiz Gallardón “dejó el metro que comunicaba con la terminal T4 listo para adjudicarse” antes de que éste se fuera de la Comunidad, en el gabinete Aguirre respondían señalando que la responsabilidad para conectar las diferentes terminales de Barajas debía corresponder al propietario del aeropuerto, esto es, Fomento.

El tira y afloja duró hasta que, en febrero del año pasado, Aguirre anunció su intención de sacar a concurso las obras del ‘túnel de la discordia’. Finalmente, una UTE formada por FCC y Caja Madrid se adjudicó la construcción y explotación del nuevo tramo. Gracias a este acuerdo, la constructora y su socio financiero serán concesionarios de la línea durante 20 años, encargándose de explotarla. A cambio, recibirán un pago que variará en función de los requisitos de calidad del servicio y del número de viajeros.