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De la Vega sostiene que la política económica del Gobierno se define por su “estabilidad”
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De la Vega sostiene que la política económica del Gobierno se define por su “estabilidad”

Sorprendente. Oportunidad perdida. Demasiado oficialista. Con estos términos han calificado los empresarios pertenecientes al poderoso Instituto de Empresa Familiar (representan el 11% del PIB) su comida

Foto: De la Vega sostiene que la política económica del Gobierno se define por su “estabilidad”
De la Vega sostiene que la política económica del Gobierno se define por su “estabilidad”

Sorprendente. Oportunidad perdida. Demasiado oficialista. Con estos términos han calificado los empresarios pertenecientes al poderoso Instituto de Empresa Familiar (representan el 11% del PIB) su comida de ayer con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. “Se nota que estamos en elecciones porque ha venido, ha soltado su discurso y se ha ido”, se oía en la sala del Casino de Madrid.

Lo más granado del empresariado español, allí estaban, entre otros, José Manuel Lara (Planeta), Luis Portillo (Colonial), Ignacio Polanco (Prisa), Santiago de Ybarra (Vocento), Juan Roig (Mercadona) y José Manuel Entrecanales padre (Acciona), se quedó de piedra cuando en su discurso De la Vega aseguró que el principal rasgo del Gobierno era “la estabilidad”. Una estabilidad que les había permitido aprobar los Presupuestos Generales y desarrollar su política económica.

En medio de la tormenta que sacude el panorama económico político nacional, la afirmación de la vicepresidenta causó decepción entre los empresarios. No sólo porque aprobar los Presupuestos Generales es lo mínimo que se le pide a un Gobierno, sino porque la vicepresidenta no hizo ni una referencia a los temas de actualidad que preocupan a los empresarios: la crisis de la CNMV y la pérdida de credibilidad de las instituciones, la reducción del tipo impositivo de las empresas, las conversaciones con ETA…

“Todo lo que ha dicho ya lo habíamos oído antes o lo habíamos leído ante la prensa”, se queja un empresario. “Ha sido un discurso muy oficialista, muy de partido, como si fuera un mitin. Y esto no era un mitin”, asegura otro.

Para más inri, la vicepresidenta no ha dejado tiempo para el coloquio. Apenas dos preguntas sobre las recientes elecciones en Francia y sobre el cambio climático. ¿Respuestas? También las ya consabidas por todos. Sí le ha dado tiempo a vender las “reformas sociales que están a la vanguardia de Europa y del mundo”.

Botín, empresario familiar

Al acto no ha acudido el nuevo socio del Instituto, Emilio Botín, presidente del Santander. El cántabro ha entrado como representante del Grupo Botín después de que el año pasado, tras ser invitado al desayuno coloquio previo a la Asamblea anual, dijera a Juan Roig que “nadie nunca me ha invitado a entrar en el Instituto”. Roig recogió el guante y se cursó la invitación.

Pese a la invitación, Botín no ha estado en el primer acto del Instituto desde que es miembro. Sí han estado los otros nuevos socios: Luis Portillo (Colonial) y Román Sanahuja (Metrovacesa).

Sorprendente. Oportunidad perdida. Demasiado oficialista. Con estos términos han calificado los empresarios pertenecientes al poderoso Instituto de Empresa Familiar (representan el 11% del PIB) su comida de ayer con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. “Se nota que estamos en elecciones porque ha venido, ha soltado su discurso y se ha ido”, se oía en la sala del Casino de Madrid.