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Rubalcaba muestra en privado su convicción de que ETA no atentará durante la campaña del 27-M
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Rubalcaba muestra en privado su convicción de que ETA no atentará durante la campaña del 27-M

Vitoria, pesimista. Madrid, no tanto. Alfredo Pérez Rubalcaba ha transmitido recientemente en privado a varios dirigentes políticos su convicción de que ETA no cometerá ningún atentado

Foto: Rubalcaba muestra en privado su convicción de que ETA no atentará durante la campaña del 27-M
Rubalcaba muestra en privado su convicción de que ETA no atentará durante la campaña del 27-M

Vitoria, pesimista. Madrid, no tanto. Alfredo Pérez Rubalcaba ha transmitido recientemente en privado a varios dirigentes políticos su convicción de que ETA no cometerá ningún atentado durante la campaña electoral para las municipales del 27 de mayo que comenzó anoche. No obstante, uno de sus interlocutores ha asegurado a El Confidencial que el ministro del Interior reconoce que su departamento trabaja con la hipótesis de que, tras los comicios, la banda sí volverá a las armas, aunque los atentados nunca serán tan graves como el de Barajas ni como los que sirvieron a la organización terrorista para romper la tregua de 1998. “Rubalcaba está convencido de que los etarras irán en la misma línea de los meses previos al alto el fuego de marzo de 2006: bombas sin muertos, incluida una campaña de verano con artefactos en poblaciones turísticas”, añade esta fuente.

El moderado optimismo del miembro del Gobierno es compartido por las fuentes del PSE consultadas por este diario. Éstas reconocen que en las últimas semanas se han intensificado el cruce de mensajes con destacados miembros de la izquierda abertzale a través de intermediarios. Cruce de mensajes en el que los socialistas vascos creen haber percibido que, pese a las duras declaraciones públicas de los líderes de Batasuna en los últimos días por la ilegalización de gran parte de sus candidaturas, el sector más posibilista mantiene el control frente a la línea más radicalizada de la formación, favorable a romper de manera inmediata el “alto el fuego permanente” con un comunicado y volver a los atentados.

En este sentido, el PSE había transmitido en las últimas semanas a Moncloa el mensaje de que era conveniente que la izquierda abertzale pudiera participar de algún modo en los comicios, precisamente, para beneficiar a los sectores de Batasuna más proclives al diálogo. Al final, se ha impuesto lo que uno de los interlocutores de Rubalcaba han dado en llamar solución De Juana: “Al etarra no se le puso en libertad, pero se le ha atenuado tanto la pena que ETA no ha podido usar su caso como pretexto para volver a los atentados. Con ANV se ha hecho lo mismo. Se le ilegalizan listas, pero se le dejan otras en lugares emblemáticos para la izquierda abertzale y donde, además, pueden conseguir el poder. Se trata de evitar dar excusas a la banda”, añade.

El pesimismo de Imaz

La confianza del ministro del Interior y de los socialistas vascos en que la campaña electoral transcurrirá sin atentados choca, sin embargo, con el fuerte pesimismo que se ha instalado entre los miembros del Gobierno de Vitoria y, sobre todo, en el presidente del PNV, Josu Jon Imaz. Éste reiteró el pasado martes en Madrid que teme lo peor respecto a las intenciones de la banda armada para los próximos días. Su principal argumento es la información recogida tras la desarticulación del último comando, el Urederra, en cuyo arsenal había bombas lapas, lo que los expertos antiterroristas interpretan como señal inequívoca de que la organización terrorista tiene intención de atentar contra personas.

Vitoria, pesimista. Madrid, no tanto. Alfredo Pérez Rubalcaba ha transmitido recientemente en privado a varios dirigentes políticos su convicción de que ETA no cometerá ningún atentado durante la campaña electoral para las municipales del 27 de mayo que comenzó anoche. No obstante, uno de sus interlocutores ha asegurado a El Confidencial que el ministro del Interior reconoce que su departamento trabaja con la hipótesis de que, tras los comicios, la banda sí volverá a las armas, aunque los atentados nunca serán tan graves como el de Barajas ni como los que sirvieron a la organización terrorista para romper la tregua de 1998. “Rubalcaba está convencido de que los etarras irán en la misma línea de los meses previos al alto el fuego de marzo de 2006: bombas sin muertos, incluida una campaña de verano con artefactos en poblaciones turísticas”, añade esta fuente.

Alfredo Pérez Rubalcaba