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Ni los amperios vinculan a ETA con el 11-M
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Ni los amperios vinculan a ETA con el 11-M

Se puede decir más alto, pero no más claro. “No existe ningún dato objetivo que vincule a ETA con el 11-M”. Lo ha dicho este lunes

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Ni los amperios vinculan a ETA con el 11-M

Se puede decir más alto, pero no más claro. “No existe ningún dato objetivo que vincule a ETA con el 11-M”. Lo ha dicho este lunes en el juicio un policía que lleva 25 años en la lucha contra la banda armada, y lo han ratificado otros cuatro agentes, también con varios lustros a sus espaldas investigando terroristas. Ante tanta unanimidad y tanta experiencia, los agujerólogos con toga que se sientan en la sala han optado por pasar de puntillas por el célebre informe que estudia las supuestas relaciones entre los chicos de Josu Ternera y los fieles a Bin Laden, y que en su día el director general de la Policía y hoy europarlamentario popular Agustín Díaz de Mera se empeñó en calificar de manipulado.

No es que los abogados partidarios de la llamada teoría de la conspiración no les hayan preguntado, que sí lo han hecho, pero tan sólo para cubrir el expediente. Han preferido no profundizar demasiado en los detalles vista la firmeza, acompañada de varios “jamás”, con la que los agentes les respondían. Así, cuando les han interrogado por qué el islamista Abdelkrim Benesmail tenía en su celda una nota con la dirección carcelaria del etarra Henri Parot, los policías han explicado que ese detalle era fruto de las “relaciones de índole personal” que surgen entre los presos y que no hay que buscarle más pies al gato. Y cuando les han inquirido por qué los etarras presos en la cárcel de Puerto de Santa María celebraron supuestamente los atentados del 11-M, han respondido con idéntica firmeza que el festejo nunca se celebró y que todo eran fabulaciones periodísticas sin contrastar.

También les han preguntado por el buen rollito que mantenían en una cárcel de Francia el célebre Urrusolo Sistiaga y un preso turco; por los motivos que llevaron en 1998 a Iñaki de Juana a pedir a su novia que le buscase un traductor de árabe, y por la célebre receta de la cloratita que se encontró en poder de Benesmail. En nada de ello, insistieron los agentes, encontraron nada sospechoso para establecer un vínculo entre ETA y el islamismo. Primero, porque Urrusolo ya estaba entonces expulsado de la banda por criticón y su colega musulmán, más que yihadista, era camello. Segundo, porque Iñaki empezaba ya entonces a hacer sus pinitos literarios y quería que sus escritos de denuncia llegaran a medios de comunicación marroquíes ya que entonces estaba recluido en Melilla. Y, por último, porque la receta del explosivo que tenía el islamista en su poder le faltaba un ingrediente clave de la fórmula magistral que utiliza ETA: el azúcar.

No se han quedado ahí los jarros de agua fría que los agentes han echado sobre la teoría de la conspiración. Han negado que la banda armada se hubiera valido en alguna ocasión de delincuentes comunes para conseguir explosivos, que para eso ya se valen ellos solitos robándolos en Francia o fabricándolos en un zulo. Han descartado que el comando que robó un coche en el callejón de Avilés donde vivía Emilio Suárez Trashorras fuera allí para que les ayudara el ex minero. Han insistido que ETA no utiliza Goma 2 desde la década de los 80. Han recordado que, más tarde o temprano, Josu Ternera y compañía siempre reivindican sus atentados y que esta vez, incluso, se desmarcaron con un comunicado de la masacre pocos días después. Además, han apuntado que la Policía encontró un acta de una reunión de la dirección de la banda en la que se dejaba bien claro que no habían tenido nada que ver con el 11-M y ordenaban a sus pistoleros que dejaran por una temporada los atentados para evitar confusiones.

El último ‘revolcón’

Se puede decir más alto, pero no más claro. “No existe ningún dato objetivo que vincule a ETA con el 11-M”. Lo ha dicho este lunes en el juicio un policía que lleva 25 años en la lucha contra la banda armada, y lo han ratificado otros cuatro agentes, también con varios lustros a sus espaldas investigando terroristas. Ante tanta unanimidad y tanta experiencia, los agujerólogos con toga que se sientan en la sala han optado por pasar de puntillas por el célebre informe que estudia las supuestas relaciones entre los chicos de Josu Ternera y los fieles a Bin Laden, y que en su día el director general de la Policía y hoy europarlamentario popular Agustín Díaz de Mera se empeñó en calificar de manipulado.