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El Titadyn sale del armario
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El Titadyn sale del armario

Dinitrotulueno, nitroglicerina, nitrato amónico, metenamina, nitroglicol, dibutilftalato... La madre de todas las batallas del juicio del 11-M, la que protagonizan los peritos que han redactado los

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El Titadyn sale del armario

Dinitrotulueno, nitroglicerina, nitrato amónico, metenamina, nitroglicol, dibutilftalato... La madre de todas las batallas del juicio del 11-M, la que protagonizan los peritos que han redactado los diferentes informes sobre los explosivos empleados en la matanza, ha comenzado. Y lo ha hecho con tal avalancha de términos científicos que amenaza con acabar en un par de sesiones con todo aquel que asista a ellas y no tenga en su haber un par de master en Química y un doctorado en dinamita por la Universidad de Oxford. Hasta once expertos se han sentado hoy juntos ante el Tribunal en un debate a lo 59 segundos que ha moderado como ha podido el juez Javier Gómez Bermúdez y en el que, al menos, todos los peritos han llegado a un conclusión unánime: lo que estalló en los trenes fue dinamita... sin apellidos.

Algo es algo, porque la sesión de este lunes amenazaba con ser una discusión sin fin sobre si el quimicefa recomendaba o no lavar con agua y acetona las muestras que se recogían en los focos de la explosiones, o si el manual de uso del buen químico admite la metenamina como animal de compañía de la Goma 2 cuando ésta ha pasado por un cromatógrafo de gases. Al final, la mayoría de los peritos ha aceptado que el baño con quitaesmaltes, más que una maldad enfocada a borrar pruebas, es un método indispensable para detectar los componentes orgánicos y algunos inorgánicos que pueden dejar las bombas cuando estallan. Y que lo de la malvada metenamina encontrada en un cartucho utilizado como patrón y en otra muestra -y que fue considerado durante algún tiempo como una de las pruebas claves de los agujerólogos- no era más que fruto de una reacción química incontrolada al analizar las muestras con una fuente de calor.

Más discrepancias ha habido con la presencia en la muestra M-1 de nitroglicerina, un elemento presente en el Titadyn etarra, pero no en la Goma 2 ECO. Para una parte de los peritos, la presencia de este componente en esos poco más de tres gramos de polvo rosáceo de extintor que se recogieron en uno de los focos de las bombas de El Pozo es tan sorprendente como accidental y no puede ser más que fruto de una contaminación. Para otros, sin embargo, lo de la contaminación es un cuento chino que intenta ocultar como sea que este dato, por si solo, es capaz de involucrar a ETA en estos atentados y en la muerte de Manolete.

La polémica ha tenido su punto cromático cuando la perito que realizó las primeras pruebas a los restos de explosivos ha reconocido que, al ver el contenido de la mochila que fue desactivada, descartó que el artefacto que contenía estuviera compuesto de Titadyn, ya que este explosivo es de color marrón oscuro o claro, y lo que había dentro era blancuzco. “Sólo por el aspecto no se puede decir nada, pero la experiencia dice que lo de Vallecas no podía ser Titadyn”, ha asegurado rotundamente. Ante la exhibición que ha hecho la agente de pantone, uno de los peritos que apoya la teoría de la conspiración la ha acusado de no haber hecho las pruebas necesarias a la célebre muestra M-1 para descubrir que en aquel polvo de extintor había, precisamente, algo más que eso. Él le hizo una sencilla prueba y consiguió una muestra “azul prusia”, definitiva, insistió, de que allí había restos de alguna dinamita.

Dinitrotulueno, nitroglicerina, nitrato amónico, metenamina, nitroglicol, dibutilftalato... La madre de todas las batallas del juicio del 11-M, la que protagonizan los peritos que han redactado los diferentes informes sobre los explosivos empleados en la matanza, ha comenzado. Y lo ha hecho con tal avalancha de términos científicos que amenaza con acabar en un par de sesiones con todo aquel que asista a ellas y no tenga en su haber un par de master en Química y un doctorado en dinamita por la Universidad de Oxford. Hasta once expertos se han sentado hoy juntos ante el Tribunal en un debate a lo 59 segundos que ha moderado como ha podido el juez Javier Gómez Bermúdez y en el que, al menos, todos los peritos han llegado a un conclusión unánime: lo que estalló en los trenes fue dinamita... sin apellidos.