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Blanco se enfrenta a una crisis interna en el PSOE de Murcia
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Blanco se enfrenta a una crisis interna en el PSOE de Murcia

La gran victoria conseguida por el PP en Murcia, rompiendo su techo electoral y subiéndolo al 58% de los votos, y el peor resultado cosechado por

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Blanco se enfrenta a una crisis interna en el PSOE de Murcia

La gran victoria conseguida por el PP en Murcia, rompiendo su techo electoral y subiéndolo al 58% de los votos, y el peor resultado cosechado por el PSOE (31%) en la Región auguran próximas noches de cuchillos largos dentro del partido opositor, donde el renovador Pedro Saura, el hombre local de José Blanco, habrá de hacer frente a los alcaldes socialistas defenestrados tanto por el partido como por las urnas.

Quedan muchas dudas, no obstante. La primera a resolver es si los ajustes de cuentas entre socialistas empezarán inmediatamente o todo se mantendrá en un precario equilibrio interno hasta después de las elecciones generales de la próxima primavera. Oficialmente, se opta por la segunda opción, como ha insinuado el secretario de organización, José Ramón Jara, hablando de la necesidad de un "cambio de estrategias, no de personas".

Pero también se da por hecho que algunos defenestrados no van a tener paciencia. Es el notable caso del ex alcalde de Lorca, Miguel Navarro, socialista favorable al Trasvase del Ebro, a la construcción de decenas de miles de viviendas con campos de golf, y ganador en su ciudad durante lustros hasta que abandonó la alcaldía forzado por su partido hace unos meses. Ahora, el PP consiguió allí mayoría absoluta.

La nula o escasa influencia a nivel estatal de los resultados que en Murcia arrojen unas elecciones generales hacen esperar no ya un otoño sino un verano caliente en el seno del socialismo murciano, que se debatirá entre mantenerse opuesto al desarrollismo salvaje o "girar al centro", como ya se ha dejado oír por boca de algunos de los socialistas derrotados internamente por el equipo de Pedro Saura.

En el PP se regodean sin reparos y justificadamente no sólo por el fracaso cosechado por Saura y algunos de sus promocionados -especialmente la ex periodista de la SER candidata a la capital, María José Alarcón-, sino también por los propios resultados del partido conservador.

La euforia en el PP murciano llega a proclamar al presidente, Ramón Luis Valcárcel (58,49%), y al secretario general, Miguel Ángel Cámara (61,28)%, los candidatos más votados en porcentaje a nivel autonómico y municipal, olvidando que, mientras las matemáticas sigan siendo una ciencia exacta, ese honor corresponde al presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas, candidato del Partido Popular que obtuvo el domingo el 65,18% de los votos.

El crecimiento del gran colchón electoral del PP en una región sacudida por multitud de investigaciones judiciales, fiscales, procesos y juicios relacionados con el urbanismo y pendientes de resolver muestra que Murcia se ha "marbellizado", como asegura la candidata de IU electa a concejal por la capital, Esther Herguedas, cuya coalición, liderada por José Antonio Pujante, tiene la llave para formar gobiernos municipales en casi una decena de pequeños municipios de los 45 que tiene la Región.

La gran victoria conseguida por el PP en Murcia, rompiendo su techo electoral y subiéndolo al 58% de los votos, y el peor resultado cosechado por el PSOE (31%) en la Región auguran próximas noches de cuchillos largos dentro del partido opositor, donde el renovador Pedro Saura, el hombre local de José Blanco, habrá de hacer frente a los alcaldes socialistas defenestrados tanto por el partido como por las urnas.

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