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La absorción contra la conspiración
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La absorción contra la conspiración

Guerra de teorías en la gran pericial del juicio del 11-M, la de los focos explosionados en los trenes de la muerte. Por una parte, la

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La absorción contra la conspiración

Guerra de teorías en la gran pericial del juicio del 11-M, la de los focos explosionados en los trenes de la muerte. Por una parte, la teoría de la absorción, por la que las muestras de explosivos contenían nitroglicerina y dinitrotolueno propios del titadyne por contaminación debido a su mal embalaje, y la teoría de la conspiración que se agarra a que esas muestras respondan efectivamente a la composición del explosivo preferido por la organización terrorista ETA.

El origen de la discordia es una de las 23 muestras de explosivo. La han bautizado como M 1, correspondiente a polvo de extintor utilizado para apagar el foco número tres de El Pozo. Tres peritos de los ocho comparecientes discrepan en que se pueda determinar la marca de dinamita en M 1. El más guerrero explicó que el análisis por cronomatograma realizado en 2007 concluye que dicha muestra contiene nitroglicol, nitroglicerina y dinitrotolueno, tal y como la muestra patrón de titadyne aunque en menos cantidad, debido a la acción del polvo de extintor.

Una conclusión que apoya en “los ochos análisis con ochos procedimientos distintos” de los que se obtuvieron los mismos resultados. Y si en el resto de muestras halladas en el resto de trenes no aparece la nitroglicerina es porque “han sido lavadas con agua y acetona”.

En contraposición, otro perito le recordó que el cronomatrograma no estaba completo y que en él se hallan ftalatos, “propios de la Goma 2” e impensables en el titadyne. Además, otro profesional argumenta que, basándose en su experiencia, el nitroglicol sólo aparece en esa intensidad si el explosivo no ha sido explosionado, es decir, la muestra M 1 se ha podido contaminar de otra muestra de explosivo virgen en el laboratorio: teoría de la absorción.

Para concluir si esta teoría de la absorción es más o menos plausible, uno de los peritos ha explicado que la muestra M 1 era “especialmente absorbente, tanto en el foco de explosión como en su almacenaje”. Es más, la M 1 en los análisis de 2004 no contenía restos de explosivos y en 2007 sí, “por ello ha sido contaminada” ya sea en almacenaje o en fabricación. La ‘absorción’ “es un hecho real”, apostilla un compañero, “de hecho casi todos los análisis que hemos hecho lo hemos utilizado para obtener los elementos volátiles (explosivos) de las sustancias”. Es decir, que las sustancias explosivas son por naturaleza muy sensibles a contaminarse de otras y esta circunstancia es utilizada por los propios científicos para determinar su composición: “El fenómeno existe”.

En este punto vuelve a la surgir la polémica, si el embalaje fue correcto o no, si “en ningún momento se ha cuestionado el almacenaje”... y para seguir rizando el rizo, los peritos admiten que se han encontrado tres trazas pequeñas de nitroglicerina en muestras no explosionadas de Leganés (las explosionadas no se investigaron).

El ‘codazo’ de Zouhier

Rafa Zouhier, el confidente de la Guardia Civil, va a pasar a los anales de la historia judicial por dos motivos: en primer lugar, por el número de ex novias que han testificado para él y, en segundo lugar, padecer de forma aguda el baile de San Vito. Y esta última dolencia la ha llevado esta mañana demasiado lejos cuando en un alarde de nerviosismo le ha propinado un sustancioso ‘codazo’ a su compañero de ‘pecera’ Hamid Ahmidan, primo del terrorista suicida Jamal Ahmidan El Chino. La razón esgrimida por Zouhier es que está más que harto de que le susurren 'chivato' y ha estallado.

Guerra de teorías en la gran pericial del juicio del 11-M, la de los focos explosionados en los trenes de la muerte. Por una parte, la teoría de la absorción, por la que las muestras de explosivos contenían nitroglicerina y dinitrotolueno propios del titadyne por contaminación debido a su mal embalaje, y la teoría de la conspiración que se agarra a que esas muestras respondan efectivamente a la composición del explosivo preferido por la organización terrorista ETA.