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Fuego graneado en el Congreso: las preguntas ‘absurdas’ reemplazan al debate sobre ETA
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Fuego graneado en el Congreso: las preguntas ‘absurdas’ reemplazan al debate sobre ETA

Está claro que ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy estaban preparados para aparcar el debate de ETA en la sesión de control del Congreso.

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Fuego graneado en el Congreso: las preguntas ‘absurdas’ reemplazan al debate sobre ETA

Está claro que ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy estaban preparados para aparcar el debate de ETA en la sesión de control del Congreso. Al líder del PP le jugó una mala pasada un micrófono abierto de Telecinco horas antes del debate, donde confesó que su pregunta era absurda y que no se la había preparado. Y al presidente del Gobierno le jugó la mala pasada de su respuesta, un tanto descentrada y salpimentada de logros tales como la reducción del paro, el estatuto de los trabajadores autónomos o el cambio climático.

Tamaña ensalada en la respuesta era fruto de la pregunta de Rajoy que buscaba conocer los objetivos del Gobierno hasta el fin de legislatura. El presidente quería aclarar que su Gobierno tenía sentido y objetivos más allá del terrorismo y de estos tres años transcurridos. Así que se enmarañó en una pintoresca respuesta que mezclaba el logro del empleo con el cambio climático, mantra este último que amenaza con presidir el fin de la legislatura.

Tras un año de debate sobre ETA, Gobierno y oposición aparecían descolocados ante este nuevo escenario, no sin cierta retranca del Hemiciclo que asistía un tanto fascinado a este cambio de papeles.

“Tengo una pregunta absurda para esta tarde", le dijo hoy Rajoy a su portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, antes del debate, y quien también se reconoció en la misma situación. "¡Anda que yo! Todavía no la he hecho", le respondió el portavoz, cuya pregunta versaba sobre si la actividad legislativa del Gobierno guarda consonancia con los principales problemas de los españoles. "Yo tampoco" [la he preparado], admitía Rajoy, apenas cuatro horas antes de formular su “absurda” pregunta al presidente del Gobierno ante el Pleno del Congreso.

Ambiente expectante y algo jocoso

El fuego granado presidió la sesión de control, un tanto jocosa con eso de mezclar empleo con el cambio climático, pasando –eso sí- por la Ley de la Memoria Histórica que para Ángel Acebes es símbolo de división entre españoles y que para el Gobierno no sólo no divide, sino que une a los españoles.

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, recurrió a su mantra particular. Y en vez de elevarse a la estratosfera para hablar del cambio climático, como había hecho Zapatero, bajó a los logros de la legislatura: se han presentado 136 proyectos de ley, de los que 84 se han convertido en leyes. Una de ellas, reconoció, es que tiene que seguir avanzando en la violencia de género ante los “escalofriantes” datos que arrojan los últimos meses y que Zaplana se había preocupado en desgranar para demostrar que la ley socialista no ha sido la tabla de salvación que tanto propugnaban sus defensores: 60 mujeres asesinadas en 2005, otras 58 un año después, y 35 en lo que va de año.

Dado que la sesión iba de fuego granado, la vicepresidenta aprovechó para disparar contra Zaplana, más que nada porque era quien le preguntaba. Al portavoz popular le aconsejó superar su “misoginia recalcitrante”. Aunque, fiel al espíritu de la sesión de control, tamaña acusación fue sostenida sin pruebas y hasta la fecha se desconocen los orígenes de la presunta misoginia de Zaplana.

Eso sí, De la Vega proclamó que la legislatura había sido “intensa y fecunda”, entre la retranca de la concurrencia.

Es la primera vez desde hace un año, desde que ETA declarara el alto el fuego permanente ahora roto, que el principal partido de la oposición no centra sus preguntas en el terrorismo y aborda otros asuntos.

Está claro que ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy estaban preparados para aparcar el debate de ETA en la sesión de control del Congreso. Al líder del PP le jugó una mala pasada un micrófono abierto de Telecinco horas antes del debate, donde confesó que su pregunta era absurda y que no se la había preparado. Y al presidente del Gobierno le jugó la mala pasada de su respuesta, un tanto descentrada y salpimentada de logros tales como la reducción del paro, el estatuto de los trabajadores autónomos o el cambio climático.

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