Sectores de UPN, partidarios de sacrificar a Sanz para mantener el Gobierno en Navarra

Un gesto a cambio de otro gesto. Sectores de Unión del Pueblo Navarro se muestran partidarios de sacrificar al actual presidente en funciones, Miguel Sanz. Creen que así facilitarían el que los socialistas les dejaran mantenerse en el gobierno de la comunidad foral, ya que el relevo implicaría ese cambio de formas, estilos y actitudes que demanda el líder del PSN, Fernando Puras. Y creen también que, con esta cesión, corresponderían a la decisión socialista de no facilitar la constitución de gobiernos municipales allí donde ANV sea clave, como son los casos de Pamplona y Tafalla.

“Mucha gente dentro de UPN empieza a considerar que, si llega el momento, no tendremos más remedio que ceder la cabeza de Sanz porque no tenemos la presidencia, sino la mayoría en el parlamento” navarro, sostienen en fuentes de este partido. Es más, sectores de la sociedad civil del entorno conservador no descartan hablar con Sanz para poner “el cascabel al gato, porque él es quien controla el partido de manera férrea y se resistiría a apartarse de la carrera y a reconocer a otro candidato en su lugar”.

La razón de la sustitución de Sanz, que preside el gobierno navarro desde 1996, se debe al estilo algo bronco que ha caracterizado la gestión de UPN, incluida la famosa manifestación contra una hipotética cesión de Navarra al País Vasco realizada el pasado 17 de marzo. Esta protesta forzó a Puras y a los suyos a difundir un comunicado en el que todos sus candidatos se comprometen a no convocar un referéndum en Navarra y a votar ‘no’ en caso de que algún día se proponga. A pesar de tal escrito, Sanz, UPN y el PP siguieron adelante con su reedición de una especie de Gamazada, la masiva manifestación de finales del siglo XIX convocada en defensa de los derechos forales.

El propio Sanz ha revelado a personas de su entorno que el mismo día de la manifestación, un empresario, amigo común con José Luis Rodríguez Zapatero, le transmitió una confidencia del presidente del Gobierno. “Zapatero le dijo que no le perdonaba lo que había hecho y que iba a ir a por él”, revelan fuentes conocedoras de estas conversaciones. De ahí que simpatizantes de UPN y sectores de ámbito urbano se inclinen por sacrificarlo si así el partido conserva el gobierno en Navarra o si alcanzan su máxima aspiración: formar un gobierno constitucionalista con el PSN.

Se baraja como posible sustituto a Alberto Catalán, el secretario general de UPN. Es descrito como una persona moderada, abierta a otro tipo de pactos, bien de gobierno con el PSN –la aspiración conservadora- o un pacto parlamentario con un gobierno en minoría en coalición con el CDN. “Habría que convencerle para que aceptara porque es fiel a Sanz”, destacan fuentes del entorno social de UPN.

La dignidad frente al pragmatismo político, ésa es la cuestión. Porque hay otros sectores de UPN que defienden la continuidad de Sanz, aunque esto implique sacrificar al partido y pasar a la oposición. La alternativa sería entonces un gobierno de los socialistas con IU y Nafarroa-Bai, en sus distintas variables. Esta última coalición nacionalista es vista como un auténtico fantasma en UPN, ya que considera que buscaría el fomento de todo aquello que acerque Navarra al País Vasco, dentro de un largo proceso de integración entre ambas autonomías.

Recibió garantías del entorno de ZP