El gesto de NaBai de ceder concejales a ANV irrita a Zapatero y pone en peligro el pacto en Navarra

Las negociaciones para formar el futuro Gobierno de Navarra iban a toda velocidad y en un único sentido: un pacto a tres bandas entre el PSN, Nafarroa Bai (NaBai) e Izquierda Unida. Sin embargo, el reciente gesto de la coalición nacionalista de ceder concejales a ANV en tres pueblos de la Comunidad Foral donde no se pudo presentar tras ser ilegalizadas sus listas ha irritado a José Luis Rodríguez Zapatero y puesto en peligro un acuerdo que horas el candidato socialista Fernando Puras situaba “un poquito” más cerca.

El propio presidente del Gobierno mostraba abiertamente ayer a varios de los portavoces parlamentarios con los que se reunió su malestar por la decisión del partido liderado por Patxi Zabaleta y que afecta a los municipios de Etxarri Aranatz, Ziordia y Bakaiku. En estas tres localidades, Nafarroa Bai ha renunciado en favor de la marca electoral de Batasuna a once de los veinticinco concejales que había conseguido.

El gesto de la coalición nacionalista se produce precisamente en un momento en el que los socialistas navarros parecían decantarse definitivamente a favor de desbancar a UPN y formar un Ejecutivo con NaBai e IU. De hecho, consideraban ya fracasado el órdago que habían lanzado a los conservadores de formar un gobierno de concentración integrado por todas las fuerzas políticas presentes en la Cámara de Pamplona y presidido por Puras.

El malestar hizo que Zapatero recalcara ayer a varios de sus interlocutores que el acuerdo en Navarra para formar un tripartito no estaba, ni mucho menos, a punto, y puso como ejemplo contrario el de Baleares, donde las negociaciones para desbancar a Jaume Matas estaban mucho más avanzadas, prácticamente cerradas. No obstante, el presidente del Gobierno no quiso cerrar definitivamente las puertas a un futuro pacto en la Comunidad Foral, según las fuentes consultadas.

El ‘haraquiri’ de Zabaleta

Los socialistas navarros se han mostrado, desde el principio, mayoritariamente a favor de llegar a un acuerdo con NaBai antes que dejar, como mal menor, que UPN se mantuviera en el poder en minoría al menos hasta después de las elecciones generales de 2008. Una postura que en un primer momento contó con el respaldo del propio Zapatero, que desoyó los consejos de los barones del PSOE y del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de evitar a toda costa un pacto con la coalición nacionalista con las elecciones generales a nueve meses vista.

De hecho, el PSN entabló rápidamente negociaciones con la formación liderada por Patxi Zabaleta y con la tercera fuerza necesaria para conseguir la mayoría de la Cámara Foral, IU. Con esta última, incluso, alcanzó rápidamente acuerdos para formar un frente común con el que abordar el diálogo con Nafarroa Bai. Mientras, también abría un canal de comunicación directo con UPN y su líder, Miguel Sanz, quien, forzado por la aritmética electoral, cambio radicalmente su discurso en busca de un acercamiento con los socialistas que le permitiera mantenerse al frente del Gobierno regional.

Durante estas semanas, tanto UPN como NaBai no han ahorrado gestos y declaraciones públicas y privadas para atraer a los socialistas. El propio Zabaleta, en plena campaña electoral, se mostró dispuesto a renunciar a presidir el Ejecutivo regional aunque fuera la fuerza más votada de una hipotética coalición sin con ello facilitaba el acuerdo.