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La ministra Elena Salgado cambia de estrategia para resucitar la Ley del alcohol
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La ministra Elena Salgado cambia de estrategia para resucitar la Ley del alcohol

 Elena Salgado.Elena Salgado ha aprendido la lección. En lugar de reinar a golpe de ley o decreto, es consciente de que hay que preparar el terreno

Elena Salgado ha aprendido la lección. En lugar de reinar a golpe de ley o decreto, es consciente de que hay que preparar el terreno antes de prohibir. Hay que concienciar al personal, sobre todo si se tocan las libertades individuales como ingerir o no alcohol pese a saber que su consumo en exceso es a todas luces nocivo. Incluso se atrevió a asegurar el jueves que, en fin, "una copa de vino" hasta puede reportar "eventuales beneficios". A la vista está que Salgado no se ha rendido con tema etílico, sin embargo, ha optado por un "cambio tranquilo"... e intenso. Menuda semana la de la ministra.

Lunes, 11 de junio. Reunión con la Asociación de Editores de Diarios (AEDE) en la que los principales periódicos suscriben un convenio de autorregulación por el que éstos se comprometen a no insertar publicidad de ninguna bebida alcohólica en publicaciones o secciones dirigidas a menores ni en portadas o contraportadas de periódicos. Asimismo, aseguran que no se insertarán anuncios que asocien el consumo de alcohol con la mejora del rendimiento físico o laboral, así como el éxito social, profesional o sexual. Medidas que ya recogía el anteproyecto de Ley del alcohol que se vio obligada a retirar el 20 de febrero.

Miércoles, 13 de junio. Firma de un acuerdo de colaboración con las asociaciones de superficies comerciales Asedas y Anged para participar en una campaña sobre los efectos perjudiciales del alcohol en la salud de los menores de edad. De manera que, con este convenio, se han sumado a la causa más de 22.000 establecimientos: principales cadenas españolas de supermecados, autoservicios y cash&carry, El Corte Inglés, IKEA, Media Mark y Alcampo, por poner algunos ejemplos.

Jueves, 14 de junio. Un pequeñísimo guiño, al sector del vino que tantos quebraderos de cabeza le produjo en febrero: la ministra reconoció en rueda de prensa que "una copa de vino" puede reportar "eventuales beneficios a individuos concretos" pero de ningún modo los "médicos de cabecera" deben promoverlo desde la consulta. Ella también se la bebe de vez en cuando y ahí sigue, delgada y veloz. Parece que la ministra está convencida de que los demás no somos capaces de discernir las dosis.

Es cierto que los datos de consumo de alcohol entre adolescentes es pavoroso, las cifras no paran de crecer y padres y jóvenes nunca piensan que sea un problema y, si lo es, que les afecte directamente. De hecho, dos de cada tres españoles de entre 14 y 18 años piensan que el consumo de alcohol en fin de semana no tiene riesgos para la salud. El anteproyecto de ley de Prevención del Consumo de Alcohol, declarado "muerto" por la propia Salgado, es necesario, pero difícil de aceptar de golpe y porrazo.

La ley del tabaco, otra de las obsesiones de la ministra, lo tenía más fácil ya que habían pasado años en los que el ciudadano no paraba de recibir mensajes negativos acerca del mal hábito de fumar. Cabe recordar cómo los carteles que advertían de los riesgos para la salud cada vez ocupaban más espacio en las cajetillas.

Elena Salgado no fuma ni bebe ni come grasas. Y no es de ahora. La ministra de Sanidad hace senderismo, no trasnocha, cultiva el espíritu (lee mucho) y el cuerpo. Y tampoco es de ahora. Lleva años haciendo vida sana y lo ha querido plasmar a través de leyes. Por algo dijo en una entrevista que le gustaría ser recordada como "la ministra de la salud", algo que suena bastante mejor que "la ministra de la prohibición". De hecho, la ley ni está ni se la espera para esta legislatura puesto que es inaceptable en Ferraz ya que supondría una sangría de votos de cara a las generales.

Pero no importa, porque con acuerdos como los de esta semana, el texto del fenecido anteproyecto de ley se pondrá en práctica. Y eso es sólo la "primera fase" para conseguir una percepción social del problema "más ajustada antes de pensar en medidas normativas", en palabras de la propia Salgado. ¿Ve, señora ministra, cómo hablando se entiende la gente?

Elena Salgado ha aprendido la lección. En lugar de reinar a golpe de ley o decreto, es consciente de que hay que preparar el terreno antes de prohibir. Hay que concienciar al personal, sobre todo si se tocan las libertades individuales como ingerir o no alcohol pese a saber que su consumo en exceso es a todas luces nocivo. Incluso se atrevió a asegurar el jueves que, en fin, "una copa de vino" hasta puede reportar "eventuales beneficios". A la vista está que Salgado no se ha rendido con tema etílico, sin embargo, ha optado por un "cambio tranquilo"... e intenso. Menuda semana la de la ministra.