Enfado en la dirección del PNV con sus ediles de Ondárroa al no constituir el ayuntamiento por miedo a las amenazas

Día negro para la democracia. Los electos del PNV, EA y EB (IU) tampoco se han presentado esta mañana para constituir la corporación municipal de Ondárroa, un municipio pesquero vizcaíno donde Batasuna y los suyos amenazan y coaccionan a los candidatos porque considera que debe ser gobernado por la lista ilegalizada de Acción Nacionalista Vasca (ANV) ya que los votos nulos superaron a los del primer partido, el PNV. Al igual que ocurrió el sábado, sólo se ha presentado a recoger el acta el candidato del PP, Germán López Bravo.

En el PNV se detecta irritación contra sus nueve concejales electos. La Asamblea Regional del partido (Bizkai Buru Batzar) instó a los ediles para que acudieran hoy al edificio consistorial para hacerse cargo de sus actas, pero le han desobedecido. El siguiente paso previsto es abrirles expediente por haber actuado en este caso “de forma unilateral, sin consultar con nadie”, según fuentes internas.

La irritación se centra en especial en el cabeza de lista del PNV y hasta ahora alcalde, Aitor Maruri, quien al parecer ha arrastrado al resto de los concejales del partido que tenían miedo por la creciente presión de los proetarras. Fuentes nacionalistas reconocen que "hay que comprender sus temores y su negativa a vivir los próximos cuatro años bajo las amenazas y los insultos".

Lo ocurrido en Ondárroa supone que Batasuna y ETA han logrado el triunfo de la coacción sobre la legalidad. Pero también tiene una lectura interna: implica una desobediencia del sector soberanista del PNV a las instrucciones dadas por la dirección del partido. Porque Maruri forma parte de la familia de Joseba Egibar, enfrentado al actual presidente del PNV, Josu Jon Imaz, al que planean arrebatarle el poder en el próximo Congreso del partido.

Maruri ha secundado las demandas de ANV, dentro de esa visión soberanista del sector de Egibar que contempla al grupo terrorista ETA como miembro desviado de la familia vasca. Así, en 1998, Egibar, con Xabier Arzalluz al frente, negociaron con la banda terrorista ETA un pacto entre nacionalistas que orillaba a los vascos no nacionalistas.

La pugna entre ambos sectores no conoce tregua. Hace tres años, Maruri formó parte de la facción soberanista del partido que intentó impedir que Iñigo Urkullu accediera a la presidencia de la Asamblea Regional del PNV (el BBB). El alcalde de Ondárroa estaba integrado en la lista que encabezaba el hasta ahora alcalde de Getxo, Ignacio Zarraoa, conocido hasta entre los suyos por sus decisiones soberanistas que han creado problemas de convivencia entre los getxotarras.

Por si fuera poco, Maruri y sus compañeros de EA y EB han aceptado formar una especie de asamblea constituyente municipal, dando así cauce de participación a la izquierda radical abertzale. En cambio, la Diputación Foral de Vizcaya debe hacer cumplir la legalidad: designar una comisión gestora que dirigirá el municipio en los próximos cuatro años.

La Diputación tendrá problemas hasta para hacer valer lo establecido por la ley. Al parecer, el secretario del ayuntamiento es simpatizante de la izquierda radical proetarra, según fuentes nacionalistas, por lo que es posible que las dificultades para crear la gestora se compliquen.

Frente a la legalidad, la democracia a la ondarresa. Ya el sábado, miembros de ANV ocuparon el salón de plenos, donde sólo se personó el único concejal electo del PP, quien consideró "un desastre" que no se hubieran acudido sus compañeros para hacerse cargo del municipio: ni los nueve del PNV, ni los dos de EA, ni el representante de Ezker Batua/Aralar.