La oscura versión de Del Pino

“Que la oscura versión del pino no nos impida ver el bosque”. Frase con sorna que viene a decir que la agujerología de Luis del Pino no oculte la verdad del proceso. Así terminó la exposición de conclusiones la acusación que representa a Ana Isabel González y otros. El letrado José Fabra se unía de esta manera a sus colegas de profesión a la hora de incluir de forma exaltada citas, parábolas y símiles para apoyar sus tesis en lo que a veces parece un concurso de retórica entre leguleyos. Aunque, ciertamente, algunas declamaciones han sido brillantes.

Al igual que el fiscal Zaragoza, Fabra pone en duda la necesidad imperante de conocer qué sustancia explosionó en los trenes y para demostrarlo enumeró hasta ocho atentados de ETA en los que se desconoce qué estalló con exactitud. Al citado letrado le da “hasta vergüenza hablar de ETA” porque incluso los más expertos en terrorismo de este país “desde un principio”, la misma mañana de los atentados, debieron intuir algo raro en el modus operandi. Porque “ETA militar prohíbe taxativamente que actúe más de un comando a la vez por seguridad” y, además, “siempre avisa”. Es más, del supuesto informe desaparecido que al parecer apuntaba a la organización terrorista vasca “tan sólo ha dado referencia Díaz de Mera”. Una sola persona y desmentida por su presunta fuente (ver crónica).

Pero a pesar de la falta de datos objetivos, la posible autoría o co autoría de ETA “se ha investigado hasta la extenuación”. Y la inmediata consecuencia es, precisamente, el perjuicio a la lucha contra ETA: “Flaco favor le hacemos a la lucha antiterrorista si ponemos a ETA donde no está, si damos una pista a los abogados de etarras tras poner aquí en tela de juicio informes de la Policía y de la Guardia Civil”. Fabra, por ello, espera que lo acontecido en el juicio sea interpretado “sin intereses bastardos”.

La ‘tesis explosiva’ más lógica

Al mismo equipo de José Fabra pertenece María Ponte, quien se atrevió a poner el sentido común a la aparición de nitroglicerina en alguno de los focos de los trenes por la que aparecieron las teorías “más disparatadas” de existencia de otro explosivo, ergo participación de ETA (ver El explosivo del sentido común). Ponte preguntó el pasado 30 de mayo a los peritos presentes si no era posible que los terroristas mezclaran Goma 2 ECO y Goma 2 EC en la confección de las bombas y de ahí que haya aparecido nitroglicerina puesto que es componente de la EC.

Las pegas a dicha teoría es la existencia de un certificado “emitido por fax, con la firma ilegible y que no ha sido ratificado” en el que se explica que la Goma 2 EC se dejó de fabricar con nitroglicerina en 1992. Sin embargo, continúa Ponte, “existen otros cuatro documentos de recomendaciones de uso” de la Goma 2 EC donde se advierte de su manipulación por la existencia de nitroglicerina en su composición. Y, por otra parte, “no podemos descartar la posibilidad de contaminación”, no sólo en el almacenaje de las muestras, sino también “en la propia mina”.

Veinte años tras el atentado de Hipercor