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“No son todos los que están”
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“No son todos los que están”

Si hay un letrado que ha evolucionado a lo largo del juicio del 11-M ese ha sido el vasco Endika Zulueta, defensor del minero Raúl González

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“No son todos los que están”

Si hay un letrado que ha evolucionado a lo largo del juicio del 11-M ese ha sido el vasco Endika Zulueta, defensor del minero Raúl González El Rulo y, nada más y nada menos, de uno de los principales ideólogos de la masacre Rabei Osman El Egipcio. Su discurso, en esta ocasión a favor de El Rulo, lejos queda ya de una titubeante actitud ante los reproches del presidente de la sala Javier Gómez Bermúdez y su constante toqueteo del lóbulo izquierdo de la oreja con el que mostraba nerviosismo o, quizás, algo de vergüenza. Esta mañana se ha atrevido a asegurar que en la pecera “no son todos los que están”, que “si triunfan nuestros clientes, triunfa la Justicia”, así como a dar un argumentado puntapié al largo secreto de la instrucción del Ministerio Fiscal y a los Pilatos de Guardia Civil de Asturias (ver crónica).

Según Zulueta, el joven Raúl González nunca entendió nada de todo lo que le estaba sucediendo y sigue sin hacerlo. Acusado de haber facilitado la dinamita de Mina Conchita a Suárez Trashorras, aún no sale de su asombro porque de la larga lista de testigos y peritos que ha desfilado por la sala ninguno de ellos le ha mencionada para nada. ¿Por qué entonces sus dos años de reclusión y ahora libertad bajo fianza de 35.000 euros? Su abogado lo explica en la actitud conformista de la instrucción: “Ya tenemos a un minero”. Sin embargo, el letrado insiste en su inocencia, para empezar, porque no trabajaba en Mina Conchita desde el 7 de diciembre de 2003 y el que “un testigo de referencia le haya acusado sin conocerle” hay que tomarlo con pinzas.

El Rulo declaró en su día ante el Tribunal el descontrol absoluto de dicha mina, lo que utiliza su abogado para argumentar que allí podía acceder cualquier persona y no era necesaria la colaboración de ningún minero. En cuanto al silencio del acusado a las preguntas de la Fiscalía y que ésta lo interpreta como elemento incriminatorio: “El Tribunal sabe que esto no es así, el silencio es un derecho fundamental, pero no es indicio de culpabilidad”. Si en algún momento declaró que Trashorras sí le dijo de donde había sacado los explosivos, “fue al quinto día de su encarcelación, de madrugada, con un abogado distinto y le prometieron que si decía eso le darían una pizza y le ponían en la calle”.

Endika Zulueta no se ha cortado un pelo con la Guardia Civil, la relación con sus confidentes y, en concreto, el caso del ‘controlador’ de Rafá Zouhier conocido como Víctor. Zulueta se pregunta con qué cara se habría presentado el tal Víctor si el atentado del AVE se hubiera consumado después de que Zouhier le hablara de El Chino quince días antes. Asimismo, ha dado cuenta de los informes de la Benemérita que daban cuenta de la existencia del tráfico de explosivos: “Si aquí las fuerzas de seguridad han dicho que siempre han estado un paso por detrás de los terroristas, en Asturias como mínimo al lado, no quisieron o no pudieron verlo”.

La indisposición de Olga Sánchez

No va a pasar el día en que la fiscal protagonice alguna que otra anécdota. Mientras observaba la intervención de Zulueta, que ponía en un brete la actuación de la Fiscalía con respecto al sumario, de repente ha pasado un papelito al Tribunal diciendo que se tenía que ausentar un momento para resolver un asunto urgente provocando así la suspensión de la vista durante unos minutos. De las especulaciones del ‘asunto urgente’ no vamos a dar cuenta en este espacio...

Si hay un letrado que ha evolucionado a lo largo del juicio del 11-M ese ha sido el vasco Endika Zulueta, defensor del minero Raúl González El Rulo y, nada más y nada menos, de uno de los principales ideólogos de la masacre Rabei Osman El Egipcio. Su discurso, en esta ocasión a favor de El Rulo, lejos queda ya de una titubeante actitud ante los reproches del presidente de la sala Javier Gómez Bermúdez y su constante toqueteo del lóbulo izquierdo de la oreja con el que mostraba nerviosismo o, quizás, algo de vergüenza. Esta mañana se ha atrevido a asegurar que en la pecera “no son todos los que están”, que “si triunfan nuestros clientes, triunfa la Justicia”, así como a dar un argumentado puntapié al largo secreto de la instrucción del Ministerio Fiscal y a los Pilatos de Guardia Civil de Asturias (ver crónica).